La Comisión Europea prepara una reforma para que la Policía acceda a datos de usuarios de internet
La Comisión Europea prepara una propuesta normativa que modificará el limbo que supone en muchas ocasiones internet en relación con la comisión de delitos y el acceso a la información por parte de cuerpos policiales.
En concreto, según hizo público Euractiv e informó Derecho en la Red, el próximo 17 de abril presentará una propuesta de reforma dirigida a que la policía pueda acceder a evidencias digitales de redes sociales, servicios de almacenamiento en la nube y otros servicios, incluidas plataformas comerciales.
La intención de la Comisión, que promoverá un nuevo reglamento y una directiva, es que los proveedores de comunicación estén obligados a responder rápidamente a las solicitudes de datos.
La nueva normativa pretende establecer un plazo máximo de 10 días que se reduce a seis horas si existiera una "amenaza inminente para la vida o la integridad física de una persona o de una infraestructura crítica". Al tiempo, la directiva obligará a cualquier empresa que preste servicios de recogida de pruebas electrónicas en la UE a designar a un representante legal ante la Unión.
La propuesta de la Comisión se contextualiza en el "aumento exponencial del uso de servicios y aplicaciones en línea" que puedan utilizarse para cometer delito. La nueva normativa se aplicará, entre otros, a "redes sociales como Twitter y Facebook", servicios de cloud computing, registros y registradores de nombres de dominio y aquellos "mercados digitales que permiten a los consumidores y/o comerciantes realizara transacciones peer-to-peer".
Como consecuencia, aquellas empresas que actualmente no tienen oficinas o no almacenan los datos de usuarios en territorio europeo pero sí tienen habilitados sus servicios en la UE deberán atender a las demandas de la policía. Es decir, que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado podrán exigir datos a cualquier empresa de mensajería, aplicación o servicio de comunicación digitales que ofrezca sus servicios en territorio de la Unión.
La propuesta de la Comisión establece que esta nueva normativa se aplique en caso de delitos graves como "la pertenencia a una organización delictiva, la financiación de grupos terroristas", el entrenamiento para la comisión de actos terroristas o el apoyo a una organización delictiva.
Los yihadistas vuelven a los métodos de captación y seguridad previos a internet
Una de las pautas seguidas por los radicales islamistas a la hora de hacer proselitismo de sus mensajes e iniciar procesos de captación ha sido el uso de la tecnología como gran aliada. Internet, con todas sus derivadas, ha sido la autopista de difusión del yihadismo radical desde hace tiempo.
Eso hizo que, por un lado, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad comenzaran a prestar especial atención a este tipo de herramientas. Hasta el punto de generar la figura del llamado "agente virtual encubierto", encargado de monitorizar estas redes, controlarlas e infiltrarlas.
Por otro, las principales empresas de servicios de intenet, así como redes sociales, han empezado a actuar con contundencia -a veces incluso en demasía, llegando a borrar contenido que precisamente se estaba utilizando para concienciar contra estos mensajes radicales- para evitar que sus marcas sean sinónimo de herramientas de difusiones yihadista.
Es decir, que las redes e internet están cada vez más vigiladas y eso ha permitido poder actuar de forma preventiva deteniendo a numerosos individuos con un alto nivel de radicalización dispuestos a cometer atentados. Sin embargo, los terroristas han tomado conciencia de esta situación y han comenzado a cambiar sus estrategias para evitar la vigilancia. En concreto, los líderes encargados de captar y adoctrinar están modificando sus fórmulas de protección.
"Están buscando gente de su confianza para lograr su estructura de primer nivel. El blindaje de las células está siendo muy similar a estructuras terroristas más arcaicas, alejadas de sistemas alojados en internet. Su seguridad está siendo, de nuevo, física. Están recuperando modos de actuar del terror de cuando no existía internet, incluso de cuando no había móviles".
Estas palabras pertenecen a una fuente policial de la lucha contra el terrorismo yihadista que recogió hace unos días el periodista especializado Fernando Lázaro en un reportaje en el que se advierte precisamente del cambio de hábitos y costumbres de estos "jefes de las células". Aunque eso no quiere decir que hayan dejado de utilizar las redes sociales y los móviles, sí que se ha detectado que emplean unos métodos de seguridad y captación que recuerdan a los vistos en grupos terroristas durante los años 80.
De hecho, varios de los últimos detenidos en relación con el terrorismo yihadista intentaron eludir la acción policial: sus contactos con los círculos cercanos eran siempre físicos, prestaban especial atención a no dar referencias de sus encuentros por teléfono y usaban tarjetas prepago de las que posteriormente se deshacían.
De acuerdo con la información aportada por Fernando Lázaro, "los sospechosos tienen ya una serie de claves de comunicación preestablecidas y diferentes entre los integrantes de sus células", lo que dificulta la labor policial.
Entrevista a... Manuel R. Torres Soriano
Que España es un objetivo del terrorismo yihadista es indudable, máxime tras los atentados del pasado verano en Barcelona y Cambrils. Manuel R. Torres Soriano, Profesor de la Universidad Pablo de Olavide y experto en terrorismo, aborda en esta entrevista las claves para entender la situación en que afronta España esta amenaza y la peculiar relación de los yihadistas e internet.
Manuel Torres: “La particularidad de nuestra historia otorga a España una sobre-exposición a la amenaza yihadista que no sufren otros países”
“Internet supone la materialización de un sueño para el yihadismo, el de poder comunicarse con su audiencia sin la necesidad de intermediarios que puedan desvirtuar su mensaje”. Así resumió Manuel R. Torres Soriano el pasado 26 de octubre el uso que hacen los islamistas radicales de la red. “Gracias a Internet, los terroristas pueden dirigirse a su público cuándo, cómo y en la extensión que ellos deseen”, explicó Torres.
Esta capacidad ha derivado en el surgimiento de lo que se ha denominado Califato Virtual, que ha adquirido una especial relevancia tras la derrota del autodenominado Estado Islámico en Raqqa, considerada por los terroristas la capital de su califato. “El Califato Virtual es la extensión en el ciberespacio del proyecto político-religioso que Daesh ha intentado crear desde Siria e Irak”, explicó Torres, quien aclaró que, “a medida que el grupo va perdiendo control territorial, necesita en mayor medida conservar este ‘patrimonio virtual’ que le permite seguir gozando de una imagen de fortaleza y relevancia aunque la realidad sobre el terreno sea muy distinta”.
Manuel R. Torres Soriano, Profesor de la Universidad Pablo de Olavide y experto en terrorismo, ofreció en Córdoba la conferencia ‘Internet: el nuevo campo de batalla para el yihadismo’, organizada por el Instituto de Seguridad y Cultura.
Uno de los recursos más frecuentes en el discurso yihadista, según explicó este experto en terrorismo, es el de España. “Al Andalus se contempla como una herida abierta que debe ser reparada”, explicó. “No sólo es el paraíso perdido, sino que su pérdida es interpretada como el inicio de todos los males que afligen al mundo musulmán, así como de la obligación individual de acometer la yihad”. ¿Y qué implicaciones tiene este simbolismo de Al Andalus? El profesor Torres fue claro: “Esta particularidad de nuestra historia otorga a España una sobre-exposición a la amenaza yihadista que no sufren otros países”.
En este sentido, este experto ahondó en las medidas a adoptar para atajar dicha amenaza en nuestro país, poniendo especial énfasis en el control de las mezquitas. “Más allá de la necesaria labor de control que realizan las fuerzas de seguridad para evitar que en estos espacios se puedan llevar a cabo actividades tipificadas como delitos, debe exigirse una transparencia radical por parte de estas comunidades”, aseguró, al tiempo que reiteró que la mejor manera es “ser completamente cristalinos sobre lo que sucede en el seno de estas comunidades, quiénes son los diferentes actores en juego y cuáles son sus propósitos y exigencias”.
No en vano, el profesor Torres recalcó que “el islamismo en Occidente supone un problema de mayor dimensión que la propia violencia yihadista”, explicando que “mientras el terrorismo es un problema de seguridad que puede ser gestionado, en el largo plazo la extensión de ideologías que niegan los principios básicos de convivencia puede generar un problema de cohesión social con unas consecuencias mucho más graves”.
Por ello, advirtió sobre “algunos estados con un considerable músculo financiero que han aprovechado el marco de libertades y pluralismo religioso de nuestras sociedades para extender unas doctrinas que suponen una negación de esos mismos principios”. El Profesor Torres remarcó que “es perfectamente legítimo y necesario que el Estado impida que la financiación e influencia de algunos países termine envenenando el islam en España”.