Entrevista a... Manuel R. Torres Soriano

Que España es un objetivo del terrorismo yihadista es indudable, máxime tras los atentados del pasado verano en Barcelona y Cambrils. Manuel R. Torres Soriano, Profesor de la Universidad Pablo de Olavide y experto en terrorismo, aborda en esta entrevista las claves para entender la situación en que afronta España esta amenaza y la peculiar relación de los yihadistas e internet.


La nueva amenaza yihadista en Europa: armas químicas, drones y menores

La amenaza yihadista que se cierne sobre Occidente se ha acelerado con la caída del autoproclamado Califato del Estado Islámico (IS, por sus siglas en inglés). Los expertos advierten de que la desaparición territorial del IS no implica el fin de dicha amenaza; todo lo contrario, la acrecienta, pues el nuevo Califato es ahora virtual y más global que nunca, y requiere de acciones de gran impacto para reivindicar su existencia.

En este sentido, en los últimos meses Alemania ha alertado de las nuevas tipologías de amenaza que se ciernen sobre Europa. Según informaba El Confidencial, las autoridades alemanas pusieron en marcha un simulacro en Berlín en el que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y los distintos cuerpos sanitarios se enfrentaban a un ataque químico.

Más allá de un ejercicio de entrenamiento y para comprobar la capacidad de reacción, la prueba guarda relación con una amenaza real notificada por un "servicio de inteligencia amigo" a las autoridades alemanas, según reveló el diario Welt. De acuerdo con el rotativo, dicho aviso, proveniente de un país ajeno a la Unión Europea, era "concreto" y apuntaba al uso de gas cloro o ácido sulfhídrico en espacios públicos cerrados.

A esto hay que sumar la creciente preocupación ante el posible uso de drones y otros vehículos autónomos o semiautónomos para cometer este tipo de ataques. Un reciente estudio del think tank alemán Academia Federal de Política de Seguridad (BKAS) alerta de que "este tipo de vehículos ya están siendo usados o probados por grupos terroristas como el IS en varios escenarios de guerra".

Esta institución, ligada a los servicios secretos alemanes, advertía en su informe de que "se debe prestar mucha más atención al riesgo de que sean empleados para ataques terroristas, especialmente si se usan para dispersar material químico, biológico o radiológico". Unos ataques de los que "sería muy difícil defenderse" ante el pequeño tamaño de estos dispositivos y la posibilidad de que "se usa un gran número de ellos de forma simultánea", en una suerte de "bandadas de drones".

El tercer pilar sobre el que han alertado las autoridades alemanas hace referencia al posible aumento en el uso de menores, incluso niños, en ataques terroristas en suelo europeo. En concreto, Hans-Georg Maaßen, Presidente de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), los servicios secretos alemanes del interior, alertó sobre la posibilidad de que, con el retorno de los llamados 'combatientes extranjeros', lleguen menores que "podrían convertirse en una nueva generación de yihadistas".

No en vano, Alemania sufrió el pasado año siete atentados yihadistas, de los cuales tres fueron cometidos por menores de edad. Incluso hubo un intento de atacar un mercado navideño en Ludwigshafen por un niño de 12 años, que no logró su objetivo al fallar el aparato explosivo de fabricación casera.

 


El retorno de los combatientes extranjeros desde Siria e Irak, un auténtico reto para Europa

La derrota militar del autodenominado Estado Islámico permite atisbar una realidad enormemente completa y peligrosa. De acuerdo con el ejército estadounidense, el número de terroristas del Daesh muertos asciende a más de 70.000.

Desde 2014, la organización liderada por Abu Bakr al Baghdadi ha perdido el 70% de su territorio en Irak y el 51% en Siria. En esta caída del autoproclamado califato islámico se está produciendo un éxodo de los llamados 'combatientes extranjeros', aquellos que, seducidos por las promesas de Al Baghdadi, abandonaron Europa para enrolarse en las filas de Daesh y ahora aprovechan su caída para escapar de vuelta a sus países de origen.

Según relata Pilar Cebrián, que cita datos del Centro Soufan, en los últimos tres años se han desplazado a Siria e Irak 40.000 de estos combatientes extranjeros. De estos, Europa habría aportado más de 5.000, siendo Francia el país que, con 1.910, más habría contribuido a engrosara las filas de los terroristas.

Fuentes policiales francesas aseguran que, hasta mediados de este año, más de 200 han regresado, pero tienen constancia de que otros 977 franceses están a punto de volver. Nos encontramos pues ante un fenómeno que acaba de iniciarse y cuya gestión supone un auténtico desafío para las autoridades nacionales y europeas.


El control a presos yihadistas se ha triplicado en tres años

España tiene en la actualidad 277 presos que forman parte de un plan de control del yihadismo en las cárceles diseñado por el Ministerio del Interior. Esto supone que, desde que se puso en marcha dicho plan en julio de 2014, la cifra de reclusos controlados se ha triplicado.

Estos presos se dividen en tres grupos:

  • El más números, con 152 presos, está compuesto por preventivos o condenados por delitos directamente relacionados con el terrorismo yihadista.
  • El siguiente, con 39 reclusos, está formado por reos que no han sido condenados por terrorismo pero son considerados susceptibles de convertirse en captadores o reclutadores dadas sus dotes de liderazgo y proselitismo.
  • El último está compuesto por 86 internos cuyo encarcelamiento tampoco guarda relación con el terrorismo pero son considerados vulnerables por su situación personal y susceptibles de acabar siendo captados y radicalizados.

Estos 277 presos se encuentran diseminados en 53 centros penitenciarios distintos. Desde el Ministerio del Interior destacan que en España no se han vivido incidentes graves en las prisiones protagonizados por este tipo de población reclusa.

Al contrario, ponen de manifiesto que hace un año se puso en marcha un programa de tratamiento voluntario para los presos yihadistas más radicalizados y está dando sus frutos: 28 internos de 7 centros distintos participan "activamente" en este programa de la mano de psicólogos.