'¿Qué está pasando en el Magreb? Implicaciones para España', conferencia del Coronel Ignacio Fuente Cobo
El Instituto de Seguridad y Cultura organiza la conferencia ‘¿Qué está pasando en el Magreb? Implicaciones para España’, que ofrecerá el Coronel Ignacio Fuente Cobo, analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos del Ministerio de Defensa, el jueves 1 de marzo en Córdoba.
El evento tendrá lugar en el TRYP Córdoba Hotel, situado en la Avenida de Medina Azahara, 7, a las 19:00 horas. El Coronel repasará la situación que afrontan los distintos países que conforman esta región del norte de África así como los principales factores a tener en cuenta de cara al futuro inmediato. Todo, en el marco de un análisis geopolítico desde España.
Para asistir al acto, que se enmarca en el programa Democracia, Radicalismo y Sociedad Civil, es necesario inscribirse rellenando este formulario o enviando un correo electrónico a info[at]seguridadycultura.org.
Un ex yihadista lucha contra la radicalización del islam en Washington
Hubo un tiempo en que creyó que el mundo estaba en guerra y que él, musulmán, estaba en el bando de un islam atacado por Occidente. Aquel tiempo era el que sucedió a los atentados del 11 de septiembre de 2001, una brecha que creó un antes y un después entre muchos musulmanes y el resto del mundo. Se llama Ismail Royer y fue un yihadista que un día dejó de serlo porque quería hacer el bien.
La historia de Ismail apareció relatada hace unos días en El País. En dicho reportaje se contaba cómo este hombre, que ahora trabaja contra la radicalización y el extremismo violento desde el Centro para el Islam y la Libertad Religiosa de Washington, cambió su vida tras salir de la cárcel en 2016.
Ismail Royer, de 44 años había sido condenado a 20 años por ayudar a unos amigos a viajar a Pakistán para recibir formación terrorista. Nacido Randall, se crió en Sant Louis (Misouri). A los 21 años, convertido al islam, dejó de ser Randall para pasar a ser Ismail y se fue a luchar a Bosnia. Tras regresar, entró en contacto con Lashkar-e-Taiba, organización terrorista que reivindicó el atentado de Mumbai de 2008.
Royer cuenta cómo un día, tras el 11-S, estaba en una charla de un académico con varios amigos. Éste les contó que podían oponerse a Al Qaeda, no apoyar su causa, pero que el mundo había cambiado y la situación era dicotómica. "Lo que importa es lo que viene ahora, ahora Occidente va a la guerra contra los musulmanes y debéis elegir con quién estáis", les dijo.
En ese contexto, aquellos amigos le preguntaron si podía ponerles en contacto con gente de Pakistán. Tras hacerlo, Royer se marchó a Bosnia con su familia y perdió el contacto con los chicos. El FBI comenzó entonces a indagar en su entorno. Royer regresó a Estados Unidos, fue acusado en 2003 y un año después se declaró culpable de dos delitos.
Fue en prisión -cumplió 13 años y medio de su condena, la gran mayoría en un centro de alta seguridad- donde tomó conciencia de su situación y donde halló las contradicciones que le llevaron a darse cuenta de que estaba confundido. De aquella época data un intercambio de cartas con el llamado 'terrorista del zapato', Richard Reed, a quien cuestionaba qué sentido tenía matar en nombre de la religión.
Royer tomó conciencia entonces del proceso que lleva a alguien a radicalizarse, a motivar su extremismo. Y decidió que quería luchar contra ello. Renegando del islamismo violento y ya fuera de la cárcel, comenzó a escribir un blog; una trabajadora del Centro para el Islam y la Libertad Religiosa lo leyó y se puso en contacto con él. Desde entonces, Royer trabaja contra la radicalización apenas a unas manzanas de la Casa Blanca. Un yihadista que tomó conciencia de su error y ahora quiere ayudar a otros a abrir los ojos.
2018, el escenario con mayores riesgos geopolíticos en los últimos 20 años
El año nuevo trae consigo el peligro de una nueva crisis global. Así al menos lo advierte Eurasia Group, consultora de referencia mundial que acaba de presentar la lista de los principales riesgos que afronta el mundo en 2018.
Ciberseguridad, terrorismo y la ausencia de un garante mundial hegemónico son los tres pilares de un escenario que no parece muy halagüeño. En palabras del presidente de Eurasia Group, Ian Bremmer: "2018 presenta el escenario con mayores riesgos geopolíticos desde 1998".
Esta consultora apunta al peligro real de un cisne negro, un accidente imprevisto, y señala a la retirada declarada y voluntaria del Estados Unidos de Donald Trump del ámbito mundial, pero también a que por primer vez China puede tener voluntad de ocupar ese espacio que ha dejado Washington a favor del America first.
Además, las tensiones con Rusia, así como la permanente escalada entre las dos coreas y el escenario sirio, con Irán como actor relevante, completan un mapa en el que la inestabilidad amenaza con hacer estallar un conflicto que, sin llegar a ser global, pueda generar importantes cambios a nivel mundial.
"China está fijando los estándares internacionales con menor resistencia que nunca", señala el informe de Eurasia Group. Un país que, a juicio de Bremmer "no reemplazará a Estados Unidos como potencia mundial", pues "su único interés es el liderazgo económico y tecnológico".
En este sentido, el gigante asiático ya supera a EEUU en usuarios de internet (773.000-246.000), en número de robots operativos (340.000-250.000) o, con 5,5 billones de pagos por teléfono móvil frente a los 112.000 de EEUU, en economía digital.
La carrera tecnológica es pues uno de los factores que más pueden marcar 2018, especialmente en relación con los ciberataques que tanto han dado que hablar en 2017 y que apuntan con convertirse en ese cisne negro que vaticina Eurasia Group.
"No estamos al borde de una tercera guerra mundial pero en la ausencia de un garante de la seguridad global, con la proliferación de actores regionales y privados con capacidad de desestabilización, el mundo es un lugar mucho más peligroso", asegura el informe.
Récord de operaciones contra el yihadismo en 2017
El año que acabamos de cerrar supone varios hitos en lo que al yihadismo y España se refiere. Primero, porque en 2017 el terrorismo islamista volvió a actuar asesinando a 13 personas en Barcelona y Cambrils; y segundo, porque al mismo tiempo la actuación de la Fuezas y Cuerpos de Seguridad del Estado han dejado un saldo de récord.
Desde que se tienen registros -año 2004, tras los atentados del 11-M- la cifra de detenidos y de operaciones contra el yihadismo jamás había alcanzado los guarismos de 2017. Las estadísticas del Ministerio del Interior cifran en 77 el número de detenidos en relación con el yihadismo, una cifra muy alejada de años anteriores. De hecho, es el número más alto desde 2004, cuando se detuvo a 131 personas. En 2004, el número de detenidos fue 42.
En cuanto a operaciones, ocurre lo mismo: 2017 se ha cerrado con 53, más del doble que las 24 actuaciones policiales contra el terrorismo yihadista llevadas a cabo en 2016. Echando la vista atrás, los números sólo hablan de un aumento de la actividad policial, pues en 2015 fueron 36, 13 en 2014, ocho en 2013, cinco en 2012 y 12 en 2011.
Desde el punto de vista geográfico, Cataluña ha sido el mayor centro de actuaciones. Allí se detuvo a 24 personas en relación con el yihadismo, lo que implica uno de cada tres detenidos en todo el país. Madrid, con 14 arrestados, sigue a Cataluña en este ranking de detenciones, en el que Melilla se sitúa con nueve, la Comunidad Valenciana con cinco y Ceuta, Andalucía, País Vasco y Baleares con cuatro en cada una.