El secretario de Estado de EE. UU. visita el Magreb tras la cumbre de Neguev

El 27 de marzo tuvo lugar la Cumbre del Neguev en Israel, con la asistencia de los ministros de exteriores de Egipto, Marruecos, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Estados Unidos, un encuentro que consolida el camino de alianza tras los Acuerdos de Abraham y que pretende convertirse en un foro permanente. La cumbre se celebró en Sde Boker, lugar donde también reside la tumba del fundador de Israel y primer ministro Ben Gurión. La razón principal de este encuentro es establecer un espacio de diálogo ante los asuntos regionales y consolidar la alianza de estos países frente a Irán, que tiene en su agenda firmar el acuerdo nuclear (JCPOA) en Viena.

La celebración de esta cumbre oficializa la relación estratégica de sus miembros y afianza las relaciones entre estos países, que durante los últimos años han ido generando acuerdos de ámbito estratégico político, militar y económico. Siguiendo esta línea, el secretario de Estado norteamericano, Joe Blinken, ha realizado una gira por el Magreb después del Neguev, con el objetivo de generar un equilibrio en sus relaciones con Marruecos y Argelia.

En Marruecos, Joe Blinken se reunió con el primer ministro Nasser Bourita y con el Príncipe Abu Dhabi Sheikh Mohammed bin Zayed Al Nahyan, para proyectar la relación bilateral en materia de seguridad y economía con el país, reconocido como aliado prioritario no miembro de la OTAN. En este sentido, Estados Unidos ha puesto en marcha durante los últimos años acuerdos y proyectos de consolidación bilateral con Marruecos, como la Iniciativa de Asociación entre Estados Unidos y Oriente Medio (MEPI) (que incluye acuerdos de gestión comunitaria, desarrollo y asociación del país norteamericano con entidades público-privadas en el norte de África y Oriente Medio), el apoyo oficial de la Administración americana a Marruecos en la cuestión del Sáhara en el año 2020 (que abrió la puerta a la relación del país magrebí con Israel a través del intercambio de material militar y relaciones de defensa), o el incremento del comercio entre ambos países a más del doble a partir del año 2006 (especialmente tras la firma del acuerdo de libre comercio (FTA) para el intercambio principal de productos de materia energética, infraestructura, transporte y tecnología).

Tras su paso por Marruecos, Blinken visitó también Argelia, un país que se ha posicionado en el norte de África como potencia económica-comercial en el suministro energético; un socio de gran importancia en un contexto de necesidad e incertidumbre como el actual. En su reunión con el ministro de asuntos exteriores de Argelia, Ramtane Lamamra, y con el presidente Abdelmadjid Tebboune, el secretario de Estado norteamericano inauguró de forma oficial la presencia de Estados Unidos como País de Honor en la Feria Internacional de Comercio de Argel, la feria comercial más grande de su tipo en África.

Esta agenda de Estados Unidos se enmarca en un contexto de competencia diplomática en el norte de África y Oriente Medio con Rusia y China (ambos con lazos más estrechos en Libia y Argel en el Magreb y con mayor vinculación comercial con los países del Golfo), en una puja por los acuerdos para el apoyo en el desarrollo económico de los países de la región y su posicionamiento en materia de seguridad y defensa.


La búsqueda de la Unión Europea de nuevas rutas de abastecimiento energético

En el año 2020, los principales países suministradores de gas licuado a la Unión Europea eran Estados Unidos (representando un 22%), Qatar (un 21%), Rusia (20%), Nigeria (14%) y Argelia (10%). Las principales rutas de exportación son las que conectan Egipto e Israel con Turquía, Italia, Francia y España, la que parte del Mediterráneo desde Argelia y Libia hacia España e Italia, la ruta oriental desde Rusia con Europa oriental (representando antes del 2020 un 45% de los envíos a la región, pero con una caída al 20% a partir de ese año) y desde Noruega a la parte noroccidental. En esta amplia red de interconexiones, España es el país con mayor capacidad de regasificación del continente.

Con el conflicto en Ucrania y el bloqueo comercial con Rusia, así como la tensión diplomática entre Argelia y Marruecos, ha quedado restringido el suministro de gas hacia Europa por dos de las vías principales, por lo que ha sido necesario plantear nuevas rutas de abastecimiento en busca de una mayor autonomía estratégica.

En este sentido, Europa ha encontrado en Estados Unidos un aliado importante para asegurar su suministro de gas, en este caso, de gas licuado (GNL). Según asegura para La Vanguardia Natalia Fabra (Catedrática de la Universidad Carlos III y consejera de Enagás), la producción de gas de Estados Unidos está creciendo en importancia (se prevé un aumento de su producción del 20% para el 2022), pero la alternativa al transporte de gas por gaseoducto desde Rusia a realizarlo por barco hacia las plantas de regasificación es mucho más cara, además de que supone contratos a largo plazo con una prima que recompensa al proveedor. Esto conllevará un importante aumento del precio energético para la Unión Europea, impulsado también por la revalorización del dólar y la subida de los tipos de interés.

Biden aseguró, en su visita a Bruselas durante las cumbres de la OTAN, del G7 y del Consejo Europeo, que Estados Unidos proporcionará a la Unión Europea 15.000 millones de metros cúbicos adicionales de GNL con el objetivo a largo plazo de abarcar unos 50.000 millones de metros cúbicos hasta el 2030. Esta maniobra de negociación para aliviar la dependencia del suministro de gas ruso supondrá un aumento de la exportación de gas licuado norteamericano desde las terminales de Luisiana y Texas hacia Europa en un 65%. No obstante, esto sólo supondrá un reemplazo del 10% del suministro del gas ruso a Europa. Para compensar esta falta de suplir toda la dependencia del suministro de gas ruso, Europa ya está pensando otras alternativas a la americana, como es Qatar (desplazado este año por Estados Unidos como mayor productor de gas licuado del mundo) o Noruega.

España ha reforzado su apuesta de oportunidad para convertirse en la puerta de entrada de gas hacia Europa a través del corredor sur-oeste. La frontera franco-española cuenta con una capacidad de conexión de 7,1 bc, pudiendo aportar un 12% del gas que genera Rusia a Europa. España, Francia y Portugal se postulan entonces como alternativa a las necesidades de abastecimiento de la Unión y de diversificación de conexiones de suministro. No obstante, el desafío de España no reside tanto en la capacidad de importación y regasificación del gas hacia Europa, sino en su capacidad de exportarlo y las interconexiones de infraestructura hacia el continente.


La Cumbre de la OTAN, el G7 y el Consejo Europeo ante los retos en materia de energía, seguridad y defensa

Entre el 23 y el 24 de marzo se celebró, de forma extraordinaria, la cumbre de la OTAN, el encuentro del G7 y la reunión del Consejo Europeo en Bruselas ante los desafíos del escenario estratégico de la Unión Europea y la Alianza por la guerra de Ucrania. En las tres citas se llevaron a cabo pactos determinantes en el ámbito de la energía, la seguridad y la defensa, que impulsarán los acuerdos de acción e inversión de los miembros para los próximos años.

En el Consejo Europeo se marcó como prioridad la reducción de la dependencia energética del gas ruso y se señaló a Estados Unidos como principal socio comercial para la mayor exportación de gas licuado hacia el continente. En concreto, se acordó un suministro de, al menos, 50 bcm de gas licuado desde Estados Unidos hacia Europa hasta, al menos, el año 2030, y se pusieron sobre la mesa nuevas medidas para aliviar los altos precios de la energía y las obligaciones de almacenamiento mínimas.

En este contexto, el Consejo estableció un nuevo marco normativo para la regulación del sector eléctrico en cada país, aunque con amplios márgenes de flexibilidad bajo las nuevas directivas. En esta propuesta, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, consiguió un acuerdo político de tratamiento especial para España y Portugal. Ahora, tendrá que defender su propuesta ante la Comisión Europea, por la que se le pone un tope al precio del gas en ambos países y se fomenta su proyección conjunta como “isla energética” para Europa.

Por otro lado, desde el Consejo se estableció un Nuevo Marco Transatlántico de Privacidad de Datos, que fomentará los flujos de datos entre los socios europeos y atlánticos, abordando las preocupaciones planteadas por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en el Schrems II (julio del 2020). Así, se establecerá un importante mecanismo legal en la transferencia de datos e información entre Europa y Estados Unidos en favor de objetivos de inteligencia comunes.

En otro orden de cosas, se destinarán unos 330 millones de euros desde el Programa de Apoyo de Emergencia para Ucrania.

En el G7 se acordó no imponer más sanciones económicas a Rusia (la mayoría de los Veintisiete ven contraproducente mayores bloqueos al suministro de gas ruso), pero se adoptarán medidas adicionales para detener los intentos de eludir las sanciones (sin hacer especial mención a China o a México, que establecieron relación preferente comercial con Rusia). Se apeló, además, a la responsabilidad de la OPEP para el suministro de energía hacia Europa. Entre estas medidas correctivas, se encuentran la restricción a las transacciones de oro del Banco Central ruso (la segunda mayor reserva de oro del mundo). Por su parte, el presidente de EEUU, Joe Biden, sí estableció un nuevo bloqueo económico, esta vez a la Duma rusa y a empresas de importancia estratégica para Rusia, especialmente las relacionadas con el sector de la Defensa. El G7 también lanzó un aviso a Rusia del uso de armamento químico, biológico y nuclear, llamando a sus obligaciones para con los tratados internacionales.

Desde la OTAN, se declararon nuevas capacidades defensivas y de seguridad para Ucrania: el envío de cuatro nuevos batallones de combate en Eslovaquia, Rumanía, Bulgaria y Hungría; el despliegue de fuerzas terrestres y nuevos grupos de ataque de portaviones, submarinos y barcos de combate de manera persistente; la actualización de los equipos de defensa contra armamento químico, biológico y nuclear; el desarrollo de capacidades adicionales de defensa de la Alianza (específicamente en materia de ciberseguridad) y la adaptación del concepto estratégico actualizado ante el entorno presente y futuro de la OTAN.


Biden ordena la creación del “dólar digital”

El monopolio argelino de hidrocarburos, Sonatrach, en sociedad con la italiana Eni, ha anunciado el descubrimiento de un importante pozo de gas y de petróleo en el perímetro de Zemlet El Arbi, Berkine Basin, al sureste de Argelia. Este anuncio de principios de semana coincide con la crisis diplomática abierta entre España y el país del Magreb ante la nueva postura del Gobierno hacia el Sáhara Occidental. Además, ante la escalada de precios energéticos, Argelia quiere aprovechar al máximo sus conexiones trasfronterizas para garantizar el suministro hacia Europa.

El 17 de febrero del 2022, el ministro de Energía y Minas argelino acordó con Níger y Nigeria desarrollar una hoja de ruta para acelerar el proyecto del gaseoducto transahariano (un gaseoducto de más de 4000 kilómetros para transportar billones de metros cúbicos desde Nigeria hacia Europa por Argelia). Argelia suministra gas a través del gaseoducto TransMed (de 2000 kilómetros, conecta el país del Magreb con Sicilia vía Túnez y con una capacidad de 32 bcm frente a los 8bcm del Medgaz, que une con Almería) y, además, se ha convertido en el segundo mayor exportador de gas hacia Italia después de Rusia.

El pasado noviembre, el Gobierno italiano hizo un guiño a la política exterior de Argelia en la región (que ha logrado aumentar en más de 10.000 millones de metros cúbicos la exportación de gas de Argelia). Por otro lado, con el nuevo descubrimiento de gas y petróleo en Berkine Basin, el presidente de la sociedad Eni, Claudio Descalzi, traslada su confianza al suministro energético de Argelia desde el TransMed. Descalzi ha asegurado que Italia disputará con España la entrada de suministro de gas africano hacia Europa, ante la necesidad europea de diversificar las conexiones del continente.

El ejecutivo español estableció el plan estratégico de contar con mayor número de proveedores de gas, tras el anuncio de que Estados Unidos se convertirá en uno de los mayores exportadores de gas licuado del mundo (con la producción de 60 millones de toneladas al año), y siendo España el país con mayor capacidad de regasificación de Europa. No obstante, si no se consigue la financiación para el Midcat, España e Italia van a entrar en competición directa para la entrada de redes energéticas desde el sur hacia Europa. Numerosas empresas españolas cuentan con grandes inversiones en el país del Magreb (Naturgy, Repsol, Acciona…), siendo Naturgy la que más compra gas a Sonatrach, pero que ahora se enfrenta a una subida de precios hasta el 2024 como mínimo.