El rey Felipe VI aprovechó su discurso de la recepción anual al Cuerpo Diplomático acreditado en España, celebrada en el Palacio Real de Madrid, para defender la necesidad de que España y Marruecos «caminen juntas» para empezar a «materializar» la relación que mantienen ambos gobiernos, con vistas a dejar atrás la actual crisis diplomática, que empezó en abril de 2021 con la llegada del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, para ser ingresado por COVID-19 en un hospital de Logroño -tras el visto bueno del Ejecutivo español y la por aquel entonces ministra de Exteriores, Arancha González Laya- y tuvo su punto álgido el 17 y 18 de mayo, cuando se produjo la entrada masiva de migrantes procedentes de Marruecos a Ceuta y Melilla con la connivencia de las autoridades marroquíes. En su mensaje, el Jefe del Estado español enfatizó que la relación entre ambas naciones es de «clara interdependencia» debido a la «cercanía y la intensidad de los múltiples vínculos» e hizo hincapié, además, en el «carácter estratégico» de este vínculo. No obstante, Felipe VI no hizo alusión al conflicto del Sáhara Occidental.

«Con Marruecos, nuestros respectivos gobiernos han acordado redefinir conjuntamente una relación para el siglo XXI, sobre pilares más fuertes y sólidos. Ahora, ambas naciones debemos caminar juntas para empezar a materializar ya esta nueva relación. Se trata de encontrar soluciones a los problemas que preocupan a nuestros pueblos», remarcó Felipe VI durante la recepción al Cuerpo Diplomático acreditado en España, a la que no asistió la embajadora marroquí, Karima Benyaich. Y añadió: «Por ello, nuestro país seguirá haciendo todos los esfuerzos necesarios para la creación y consolidación de un espacio común de paz, estabilidad y prosperidad. Nuestra acción se asienta sobre lazos sinceros y respetuosos de amistad y cooperación que queremos seguir preservando y reforzando con el conjunto de nuestros socios magrebíes».

Las palabras del Rey van en línea con el mensaje que Mohamed VI pronunció el 20 de agosto, cuando expresó su deseo de seguir trabajando con España con el fin de «inaugurar una etapa inédita en las relaciones» entre los dos países, basada en «la confianza, la transparencia, la consideración mutua y el respeto a los compromisos».

Sin embargo, Rabat no se ha contentado con el discurso de Felipe VI y exige «más claridad» a España respecto a su postura sobre el Sáhara Occidental, el verdadero desencadenante de la crisis diplomática. En este sentido, el portavoz del Gobierno marroquí, Mustapha Baitas, puntualizó que las relaciones exteriores del reino se sustentan en «ambición y claridad»: «La ambición existe y España también ha expresado su ambición, pero, para que esta ambición se refuerce, necesitamos mucha claridad».

En línea con lo dicho en diciembre de 2020 por el entonces primer ministro marroquí, Saadeddine El Othmani, después de que el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconociese al Sáhara Occidental como parte de la soberanía de Marruecos, el reino alauí ha vuelto a reivindicar la soberanía de Ceuta y Melilla, así como los peñones de Vélez de la Gomera y de Alhucemas y el archipiélago de las Islas Chafarinas.