Predecir el terrorismo a partir del extremismo violento

¿Qué lleva a alguien a radicalizarse y convertirse en terrorista? ¿Afecta el extremismo violento a todos por igual? ¿Qué factores inciden en el proceso? La revista ‘American Psychologist’ ha dedicado un número especial a analizar el fenómeno del extremismo violento, el proceso de radicalización del individuo, la posibilidad de predecir si alguien se convertirá en terrorista y cómo la sociedad puede prevenir el acercamiento de los jóvenes al extremismo violento.

“El terrorismo es uno de los problemas sociales más complejos de nuestro tiempo”, asegura John G. Horgan, Profesor de Psicología de la Universidad Estatal de Georgia (Atlanta) y editor invitado para este número especial de ‘American Psycologist’. “Los esfuerzos para entender el terrorismo abundan en todas las disciplinas académicas, pero permanecen sin respuesta muchas preguntas sobre cómo predecirlo y prevenirlo”, añade Horgan, quien enfatiza: “Nunca ha habido una necesidad más urgente de un mayor compromiso de la psicología”.

Extremismo no implica terrorismo

El punto de partida de los investigadores es la evidencia de que la mayoría de personas con ideas radicales no se convierte en terrorista. Así se refleja en el artículo ‘Entender la radicalización política: el modelo de dos pirámides’, de Clark McCauley y Sophia Moskalenko, ambos del Bryn Mawr College (Pensilvania).

Estos autores basan su premisa en que “el 99% de los que tienen ideas radicales nunca actúan” mientras que, por el contrario, “muchos se unen a la acción radical sin ideas radicales”. Llegan a esta conclusión tras establecer un modelo de estudio comparado a partir de dos pirámides: una de opinión –ideas extremistas y su crecimiento- y otra de acción -desde la pasividad hasta la violencia política, pasando por el activismo legal-.

Por todo ello, el artículo concluye que aquellos programas destinados a luchar contra el extremismo violento que no establecen una diferencia entre ideario y acciones extremistas, lo único que hacen es aumentar de forma innecesaria la amenaza terrorista.

Detección previa del terrorista

Cabe entonces preguntarse cómo se pasa del extremismo violento a la acción terrorista. En este sentido, Kiran M. Sarma, de la Universidad Nacional de Irlanda, plantea en su artículo ‘Evaluación del riesgo y la prevención de la radicalización de la no violencia al terrorismo’ cómo identificar a aquellos que sí darán el salto pasando del mero extremismo ideológico a la acción violenta.

Este psicólogo forense describe en su artículo las distintas herramientas con las que se puede intentar analizar aquellos perfiles que han llamado la atención de las autoridades e identificar a aquellos cuya trayectoria viaja del pensamiento radical a la acción violenta.

Para ello, Sarma considera que hay que avanzar en la forma en que se recopila la información y en los procesos de toma de decisiones al respecto, para lo que pone especial énfasis en los juicios estructurados en contraposición con las listas de “comportamientos de bandera roja” basadas en la mera adhesión de puntuaciones.

El necesario equilibrio con la comunidad

Uno de los ámbitos fundamentales de acción a la hora de prevenir el extremismo violento es el de la comunidad. B- Heidi Ellis y Saida Abdi, ambas del Hospital Infantil de Boston, firman el artículo ‘Fortalecimiento de la resistencia comunitaria al extremismo violento a través de asociaciones genuinas’, en el que analizan cómo la conexión social supone el centro de aquellas comunidades que resisten al extremismo violento e impiden que lo abracen sus jóvenes.

Ambas autoras señalan el necesario equilibrio que debe darse entre las agencias gubernamentales y los miembros de dicha comunidad. Un equilibrio necesario pues, de mantenerse, generará sistemas de alerta temprana que permitirán impedir el surgimiento del extremismo violento. Pero, si esas relaciones fallan, el esfuerzo por evitar el radicalismo puede darse la vuelta y, por el contrario, alimentarlo.

Ellis y Abdi ponen un ejemplo: señalar a un grupo concreto como particularmente vulnerable puede llevar a la estigmatización y la discriminación, lo que restará poder a la comunidad como identidad preventiva.


Ignacio Cosidó: “La experiencia en la lucha contra ETA hace que España esté mejor preparada frente a la amenaza yihadista”

 

El ex Director General de la Policía y Senador Ignació Cosidó impartió el pasado 3 de abril una conferencia en Córdoba titulada ‘España, ante la amenaza yihadista’. Cosidó, un gran conocedor del tema tras haber pasado ocho años en el Gabinete Técnico de la Guardia Civil (1996-2004) y cinco más al frente de la Policía (2011-2016), explicó que “la experiencia en la lucha contra el terrorismo etarra hace que España esté mejor preparada para hacer frente a la amenaza yihadista”.

Cosidó recordó que, en los cinco años que estuvo al frente de la Policía, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado realizaron más de 200 detenciones relacionadas con el terrorismo yihadista. El Senador quiso destacar el valor no sólo cuantitativo de la acción policial, sino también el cualitativo: la gran mayoría de esos detenidos han sido procesados y condenados.

El ex responsable de la Policía aseguró que deben tenerse en cuenta tres elementos a la hora de hablar del terrorismo yihadista. Primero, hay que tener claro que se trata de una amenaza al conjunto de los españoles y de los europeos. Al tiempo, debe tenerse una total confianza en la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Finalmente, y lo más importante en palabras del Senador: “Mostrar nuestra determinación como sociedad para hacer frente a esta amenaza”.

Una amenaza que, aunque enormemente compleja, también tiene tres características principales, según explicó Cosidó. Es global, nada ni nadie están a salvo de la acción de este tipo de terroristas; es indiscriminada, los hombres y mujeres que llevan a cabo acciones de este tipo están enormemente fanatizados hasta el punto de no dudar en cometer atentados suicidas; finalmente, es una amenaza a largo plazo.

Para luchar contra el extremismo violento y la amenaza terrorista, explicó el Senador, hay un elemento clave: la anticipación. El análisis de las redes, herramienta básica en los procesos de radicalización, captación y apología, se ha demostrado capital a la hora de intentar atajar la amenaza.

Una lucha que, según explicó Cosidó, tiene cuatro pilares principales: la eficacia policial, como demuestra el número de detenciones y la calidad de las mismas; la inteligencia, donde destaca la excelente cooperación entre los distintos cuerpos implicados –Guardia Civil, Policía Nacional, policías autonómicas y locales, Centro Nacional de Inteligencia…-; la cooperación internacional; y la respuesta en el marco de la Unión Europea que, en este caso, debe de intensificarse en busca de una mayor efectividad, según explicó Cosidó.

El ex Director General de la Policía quiso hacer especial énfasis en la cooperación internacional como elemento fundamental en la lucha antiterrorista. Un apartado en el que destacó especialmente a Marruecos, hasta el punto de afirmar: “Lo que Francia significó en la lucha contra ETA, hoy lo significa Marruecos”. Además del reino alauí, Mali y otros países africanos resultan fundamentales a la hora de intentar controlar el nivel de amenaza.

Cierto es, reconoció Cosidó, que el riesgo de radicalización en España es aparentemente menor que en otros países de su entorno. Pero igualmente cierto es que, como advirtió, la inmigración musulmana es más reciente en España que en esos otros países y que dichos procesos de radicalización a través del extremismo violento se manifiestan con más fuerza en las segundas y terceras generaciones.

Por ello, concluyó, es ahí donde debe ponerse el foco a futuro, pues sólo una buena labor de prevención, en la que la implicación del conjunto de la sociedad civil resulta capital, podrá mantener ese mejor nivel de preparación de España ante la amenaza yihadista.