El 30 de mayo de 1986, España entró a formar parte de la Organización del Atlántico Norte (OTAN). Por aquel entonces, con la incorporación de España, la Organización contaba con 16 miembros, actualmente la componen 29.

Desde su creación y a pesar de nuevas incorporaciones, cambios sociales, la aparición de nuevos estados o diversas crisis económicas, la misión de la OTAN se ha mantenido firme en su objetivo de salvaguardar la libertad y la seguridad de sus miembros a través de medios políticos y militares. Sin embargo, en diciembre de 2019, Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, recibió el encargo de dirigir una reflexión colectiva y prospectiva sobre el futuro de la Organización, petición solicitada por los jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros.

Bajo el título OTAN 2030, la iniciativa, en palabras de Jens Stoltenberg, “no consiste en reinventar la OTAN, sino en hacer que nuestra fuerte Alianza sea aún más fuerte. Más fuerte militarmente. Más fuerte políticamente. Y más global”. La aspiración es que esta iniciativa, que pretende reforzar los vínculos de los miembros, se presente en la Cumbre de 2021 que aún sigue en fase de organización y no tiene fecha clara de celebración.

El desarrollo inicial de esta decisión ha estado marcado por la gestión de la crisis producida por el COVID-19, donde, según su secretario, la OTAN ha desempeñado “un papel esencial para ayudar a combatir la pandemia y salvar vidas, incluso transportando suministros y equipos médicos muy necesarios, y construyendo hospitales militares de campaña”, todo ello sin dejar de lado su capacidad de disuasión y defensa.

 

 

OTAN 2030 establece tres objetivos que consolidan los pilares de la iniciativa. En primer lugar, la Alianza debe seguir sustentada sobre la solidaridad y la capacidad militar de disuasión y defensa; y conseguirlo requiere mantener la inversión de los países aliados en Defensa e innovación. En segundo lugar, la OTAN quiere mantener su estatus de foro de consulta y coordinación transatlántica siendo políticamente más fuerte. Por último, la OTAN quiere proporcionar un enfoque más global que asegure en su política una relación más estrecha con socios afines cercanos y lejanos.

Así lo han visto conveniente los 10 expertos del grupo independiente y paritario que, junto con las aportaciones de figuras relevantes provenientes de los 29 países aliados, han redactado las bases del acuerdo. Por otro lado, han propuesto la creación de un grupo de Jóvenes Líderes OTAN 2030, cuya misión es aportar información y recomendaciones en favor de la propuesta.

Por otro lado, en su informe anual OTAN 2020, la organización recoge la necesidad de reinventarse puesto que, en su balance, además de observar un claro impacto de la pandemia, ha advertido que “los adversarios potenciales han intentado aprovechar la crisis para desestabilizar nuestras sociedades y socavar nuestras democracias”. Por este motivo, la OTAN se ha asegurado en este periodo tan convulso no solo de ayudar a aquellos que lo necesitaban en materia humanitaria, sino de mantener un diálogo de estabilidad entre los países miembros y aquellos que se encuentran más allá de sus fronteras. Para lograr estos objetivos, la OTAN contaba en octubre de 2020 (fecha de su ultima actualización) con un despliegue en misiones de aproximadamente 20.000 profesionales.

Una de las principales ventajas de la OTAN en sus misiones es la clara superioridad tecnológica que mantiene sobre sus contrapartes, es por ello por lo que desde hace algunos años uno de los requisitos exigidos por la Organización consiste en que los países miembros inviertan al menos un 2% de su PIB en Defensa. A pesar de que casi 3.000 españoles se encuentran desplegados en 17 misiones internacionales (ocho de ellas bajo bandera de la OTAN), hace apenas dos días Bruselas advertía al Gobierno de Pedro Sánchez por su precaria inversión en Defensa, de tan solo el 1,17% del PIB, muy lejos aún del mínimo solicitado.

En cuanto a lo que se espera de la próxima Cumbre, la OTAN recalca la necesidad de reforzar la unidad entre Europa y América del Norte, así como la necesaria actualización del Concepto Estratégico para lograr una mayor unidad política y una mayor integración ya que, según Stoltenberg, “los desafíos a la seguridad de los aliados son sencillamente demasiado grandes para que cualquiera de ellos los afronte en solitario”.