El pasado 11 de junio, el presidente del Gobierno firmó la nueva Directiva de Defensa Nacional en sustitución de la anterior, que data del año 2012. El nuevo documento se consolida como la primera Directiva derivada de la Estrategia de Seguridad Nacional de 2017.
La nueva Directiva define la crisis del COVID-19 y la Estrategia Global de la Unión Europea como escenarios que «han dado un giro a las percepciones sobre la Seguridad en Europa y la manera de gestionarla».
Más allá de los retos de seguridad «tradicionales» como el terrorismo y el crimen organizado, el documento destaca nuevos desafíos como la desinformación; las agresiones en el ciberespacio, como elemento clave de la seguridad del siglo XXI; y el cambio climático que, «aparte de su impacto directo en forma de desastres naturales, afecta también a la subsistencia de la población en algunas regiones, fomentando la conflictividad y forzando migraciones masivas». Además, la Directiva menciona por primera vez a las pandemias como retos a los que hacer frente.
En este sentido, el texto recalca que «gran parte del futuro de nuestra seguridad en sentido amplio se encuentra en la Unión [Europea], donde contribuimos decisivamente a la construcción de una Política Común de Seguridad y Defensa coherente y efectiva. Queremos mantenernos en el grupo de cabeza de los Estados Miembros comprometidos con el desarrollo de los instrumentos del Tratado de la Unión relativos a Seguridad y Defensa, para dotar a esta Política Común de mayor visibilidad y eficacia, aumentar y modernizar las capacidades militares, y fortalecer la base industrial y tecnológica europea».
En cuanto a las líneas generales y objetivos de la política de Defensa, la Directiva subraya de especial importancia la inteligencia, por lo que remarca el «refuerzo de las capacidades del Centro Nacional de Inteligencia y la coordinación de actividades de los órganos de inteligencia, la actuación en el ciberespacio, y la gestión responsable de la información pública».
Añade también, en relación con las consecuencias del cambio climático, «la integración de capacidades y esfuerzos, militares, como los de la Unidad Militar de Emergencias y civiles». Además, la Directiva refuerza la idea de que «el ciudadano es parte esencial de la cultura de Seguridad Nacional, como instrumento para lograr una sociedad comprometida y parte activa de su seguridad».
Al acto de firma acudieron el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la ministra de Defensa, Margarita Robles; el jefe del Estado Mayor de la Defensa, general Miguel Ángel Villarroya; los jefes de Estado Mayor de los tres Ejércitos; y otros miembros pertenecientes al Ministerio de Defensa.