“Los terroristas no son ‘unos locos’, no portan en mayor medida que la población normal trastornos de personalidad ni otros trastornos clínicos. Cabe entonces preguntarse ‘cómo’ y ‘por qué’ llegaron a ser así”. De esta manera tan gráfica resumió Manuel Moyano el objeto de sus investigaciones este jueves en Córdoba, donde explicó los procesos de radicalización violenta, los riesgos cambiantes que existen en nuestra sociedad y la forma de abordarlos de forma preventiva.
Moyano, Doctor en Psicología y Profesor de la Universidad de Córdoba, ofreció el pasado 14 de septiembre la conferencia ‘Del 11-S a Las Ramblas: nuevos desafíos en la prevención de la radicalización violenta’, organizada por el Instituto de Seguridad y Cultura en Córdoba.
Durante su ponencia, este especialista recordó que “Córdoba no está exenta del riesgo de radicalización violenta”, un peligro que contextualizó en un fenómeno más amplio al asegurar que, “al igual que en la mayoría de los países occidentales, en España existen riesgos asociados a la radicalización y al terrorismo”. En Córdoba, al igual que en los espacios emblemáticos de otras ciudades españolas, en las últimas semanas se ha reforzado la seguridad en el entorno de la Mezquita-Catedral
El riesgo existe, los últimos atentados de Cataluña lo evidencian. Además, como señaló Manuel Moyano, “seguimos estando en el foco de grupos y organizaciones violentas, las menciones en su propaganda así lo indican desde hace tiempo”. Por ello debe atenderse con especial cuidado a la raíz del problema, a ese “cómo y por qué” que señalaba este especialista en Psicología, que permita entender qué lleva a alguien a convertirse en terrorista, de forma que puedan cortarse de raíz esos factores de riesgo y prevenir así el radicalismo.
Moyano argumentó que la metodología empleada hasta ahora se ha centrado en el carácter descriptivo. “No obstante, a lo largo de los años se ha constatado que el perfilado basado en esas variables (por ejemplo, nacionalidad, origen étnico o educación) es insuficiente para explicar el proceso de radicalización”, aseguró.
En este sentido, el ponente situó la atención en “múltiples factores de riesgo, las redes sociales y de amistad, y procesos de socialización y aprendizaje anclados en una ideología violenta”.
Todo esto, en una sociedad cambiante en la que esos “riesgos derivados de la radicalización violenta también han cambiado”. Esto obliga a desarrollar “estrategias de gestión del riesgo centradas en la prevención, en la anticipación”, atendiendo para ello a una serie de aspectos prioritarios: “La gestión adecuada de los combatientes terroristas retornados, contrarrestar la narrativa que los grupos radicales desarrollan en Internet, evitar que se creen entornos urbanos segregados y excluidos, y prevenir la radicalización en prisiones”.
¿Y cómo luchar de forma efectiva contra la radicalización? Pues es un problema que, de acuerdo con Manuel Moyano, “no se va a resolver a corto plazo”. Un problema que “requiere de acciones integrales por parte de toda la sociedad” con una serie de ejes fundamentales: “Seguir trabajando con la colaboración ciudadana, la adaptación del marco jurídico a las nuevas amenazas, la coordinación policial y de los servicios de inteligencia y el fortalecimiento de la cooperación y las relaciones internacionales”.
Además, Moyano puso de ejemplo el trabajo que se está desarrollando desde el Plan Estratégico Nacional de Lucha contra la Radicalización Violenta para abordar esta cuestión de forma integral prestando una especial atención a “la formación de los jóvenes” y con el objetivo de que “a nivel local se ofrezcan soluciones contextualizadas”.