De familia militar, Luis Togores (Madrid, 1959) es uno de los mayores conocedores de la historia militar de España. Doctor en Historia Contemporánea y secretario académico del Instituto CEU de Estudios Históricos, es autor, entre otras obras, de una trilogía de biografías dedicadas a militares españoles africanistas, entre los que se encuentra José Millán Astray, fundador de la Legión Española.

El pasado 20 de septiembre, coincidiendo con el 102 aniversario del primer alistamiento en el Tercio de Extranjeros (como se denominó en su origen a la Legión), se erigió en el Paseo de la Castellana de Madrid una estatua en honor a esta unidad militar realizada por el escultor Salvador Amaya a través de un boceto del pintor Augusto Ferrer-Dalmau. Aprovechando este acontecimiento, hablamos con el Dr. Togores sobre  la historia del cuerpo y su aportación a la historia militar española.

Este año se celebra el 102 aniversario de la Legión Española, ¿qué ha aportado esta unidad en la historia de la Defensa en España?

La Legión es una unidad relativamente joven en un Ejército con tanta historia como el español. Pero desde su nacimiento en 1920 ha desempeñado un papel fundamental en todas las guerras en las que ha participado España desde entonces.

Han luchado en la interminable guerra de Marruecos, defendieron la legalidad republicana en Asturias y Barcelona en octubre de 1934, fueron un unidad fundamental durante la Guerra Civil, como lo fueron en la conservación del Protectorado y los territorios de Ifni y Sahara. Combatieron en la guerra de 1957-1958 de Ifni y Sahara y durante los sucesos, los combates desconocidos, de tiempos de la Marcha Verde. Desde 1992 la Legión siempre ha sido la primera unidad militar en ir a las misiones internacionales. Legionarios fueron los que llegaron a Perejil para presentar cara a Marruecos.

Los legionarios han derramado a raudales su sangre al servicio de España y de los españoles: 9.722 muertos, 35.200 heridos, más de 1.000 desaparecidos… en total 46.000 bajas, 7 Laureadas de San Fernando Colectivas y 22 Medallas Militares, 23 Laureadas de San Fernando individuales y 211 Medallas Militares.

La Legión ha ido donde el gobierno español, los españoles, la hemos enviado a combatir.

¿Cuáles son sus principales símbolos distintivos y qué significado tienen para esta unidad?

Millán Astray era hijo de un director de prisiones y pasó buena parte de su niñez viviendo en prisiones. La Legión, mejor el Tercio de Extranjeros, su primer nombre, nació para ahorrar las vidas de los jóvenes reclutas que se veían obligados a combatir en Marruecos. Como decía Millán Astray, un legionario valía por dos soldados, el recluta español que se libraba de ir a Marruecos y el legionario que iba a luchar y quizás a morir en Marruecos. Su alistamiento también servía para ofrecer una nueva vida a muchos hombres que habían visto sus vidas rotas. Esa nueva vida, al servicio de España, se evidenciaba con el título para sus voluntarios de Caballeros Legionarios.

Millán Astray y Franco se inspiraron, fundamentalmente, en los antiguos Tercios, en los de Flandes. De ellos saca la Pica, el Arcabuz y la Ballesta, los grandes tambores, sus largas cornetas y las manoplas que llevan los oficiales de La Legión. Los tercios de La Legión llevan nombres de los tiempos de Flandes: Gran Capitán, Alejandro Farnesio, Duque de Alba, Don Juan de Austria.

El Credo Legionario, esencia de la forma de entender la vida de los legionarios, se basa en los valores de los viejos soldados de Flandes y de Lepanto, que tenían como forma de vida el honor, la austeridad, el valor… actitudes propias de la vida del soldado. Calderón escribió: «Aquí la más principal /  hazaña es obedecer, /y el modo cómo ha de ser / es ni pedir ni rehusar…» Los legionarios hacen suyas sus palabras.

¿Qué diferencia a la Legión de otras unidades de infantería de élite en el extranjero?

La Legión nació como una tropa de soldados profesionales en un Ejército de reclutas, que era el que tenía España en 1920, para verter su sangre a raudales en Marruecos. No es, en principio, una unidad muy diferente a su hermana mayor, la Legión Extranjera francesa, ni a unidades de infantería de élite como son los Marines de Estados Unidos o los paracaidistas británicos.

Lo que les hace diferentes es su propia historia, su tradición, pero sobre todo su forma de entender la milicia, la vida en sus cuarteles con su liturgia, y también su forma de estar en los campos de batalla. Los legionarios de hoy siguen la senda de sus mayores, que nace en Marruecos. En Bosnia los legionarios demostraron su valía militar y diplomática. Un jefe militar balcánico que tenía que cruzar por zona enemiga para llegar a su territorio se negó a que británicos, italianos y estadounidenses le escoltasen. Pidió que los de la borla roja, los legionarios, le diesen escolta. Vestido de legionario cruzó la zona enemiga y llegó sin problemas a casa. La Legión hace la guerra al estilo de La Legión.

¿Quiénes fueron los principales impulsores de esta unidad y en qué se inspiraron para su identidad, sentido y significado? ¿Guardan alguna referencia a las unidades de formación de élite de la Antigüedad Clásica?

Nacen de la voluntad del teniente coronel Millán Astray y de su segundo jefe, el entonces comandante Franco. Pero una gran parte surge de los propios legionarios. El anecdotario es enorme: desde el culto al valor heroico, que se hace recordando el blocado el Malo, el blocado de la Muerte, hasta los ritos en recuerdo a los legionarios muertos en combate, como son los sábados legionarios o la celebración del aniversario de los trágicos y heroicos combates de Edchera, en enero de 1958, donde la Legión obtuvo sus dos últimas laureadas.

Recientemente se ha erigido una estatua en memoria de la Legión en el Paseo de la Castellana. La figura del legionario acompañará a la escultura de Blas de Lezo de la Plaza de Colón y, próximamente, a otra que se colocará en memoria de los Tercios españoles. Un trabajo que está siendo promovido por el artista y pintor de batallas Augusto Ferrer-Dalmau de la mano del escultor Salvador Amaya, con el apoyo de varias entidades dedicadas a la cultura de Defensa. ¿Cómo valora esta promoción histórica de la Defensa en España? ¿Qué retos hay aún pendientes para conectar la historia y la defensa con el conjunto de la sociedad?

En toda Europa, en todo Occidente, existen multitud de estatuas recordando a los soldados que sirvieron a su patria, en muchos casos perdiendo la propia vida. Londres y París están plagadas de monumentos y recuerdos de sus soldados. En Madrid, salvo estatuas a militares del XIX, como las de Espartero, Martínez Campos en el Retiro o el Marqués del Duero, había una carencia de recuerdos y homenajes a nuestros soldados. Afortunadamente, en los últimos tiempos, por iniciativa popular, están apareciendo en la calles y plazas de Madrid estatuas como la de Blas de Lezo, la del teniente Martín Cerezo, el héroe de Baler, y ahora la estatua de legionario que se ha plantado ya en la Castellana.

El servicio, la sangre derramada por los legionarios en los últimos cien años justifica esta estatua. Me parece preciosa y muy oportuna. Los de siempre han protestado porque cualquier cosa que tenga que ver con la milicia, la patria y el orgullo nacional les parece mal. Afortunadamente, el Alcalde de Madrid no se ha dejado achantar y ha hecho lo que muchos madrileños queríamos desde hace mucho tiempo. El 12 de Octubre, día de nuestra Fiesta Nacional, las calles de Madrid estaban abarrotadas de madrileños que querían ver y aplaudir a nuestros soldados, los mismo que querían ver la estatua de Salvador Amaya puesta ya en una calle de Madrid. Ya está puesta. Solo falta formalmente inaugurarla.