Entre el 1 de agosto de 2015 y el 31 de diciembre de 2016, Twitter suspendió 636.248 cuentas para hacer frente al extremismo violento en la red social. En concreto, en el segundo semestre de 2017, la compañía suspendió 376.890 cuentas por “violaciones relacionadas con la promoción del terrorismo”.
Los datos fueron presentados por la propia empresa el pasado 21 de marzo en su informe de transparencia. De todas las cuentas suspendidas, el 74% se detectaron a través de herramientas internas que la compañía utiliza contra el uso de ‘spam’. En menos del 2% de los casos se intervino a petición de las autoridades.
La empresa de San Francisco informó además de que, durante se año y medio, recibió solicitudes para actuar contra 88 periodistas y medios de comunicación, aunque también aclaró que “en la mayoría de los casos” no se adoptaron medidas concretas.
La compañía reaccionó en febrero del pasado año ante las voces que la criticaban por permitir la difusión de mensajes considerados violentos, especialmente aquellos relacionados con la acción terrorista del autodenominado Estado Islámico. Ya entonces, enfatizó los esfuerzos que estaban haciendo para evitar este tipo de comportamientos en su red social.
El equipo de Twiter explicó que había incrementado los equipos dedicados a la revisión de informes con el objetivo de reducir el tiempo de respuesta significativamente. También anunció que estaba desarrollando métodos de trabajo para observar cuentas similares a las suspendidas y evitar la difusión de estos mensajes con tecnología anti-spam.
De hecho, el 5 de diciembre pasado, Twitter anunció que se unía a Facebook, Microsoft y Youtube para “frenar la propagación de contenidos terroristas online”. Para ello, se comprometían a crear desde ese mismo momento una base de datos compartida con tecnología de huella digital en para imágenes terroristas y mensajes de reclutamiento. Las cuatro compañías iban a poner en común las imágenes y contenidos más graves que habían eliminado de su plataforma, comenzando así a crear una base de datos que comparten con otras compañías para ayudar a identificar más rápidamente este tipo de contenidos.