La amenaza yihadista es una realidad en Europa. París, Niza, Bruselas, Berlín, Londres… Son sólo algunas de las ciudades que han sufrido en carne propia el embate del terrorismo. Muchos de estos atentados han puesto en evidencia el reto que supone para la Unión Europea plantear una lucha efectiva contra el terrorismo y el crimen internacional.

En este sentido, pese a los avances que se habían hecho hasta ahora, se habían detectado algunas fallas y lagunas en el conjunto de la legislación. Y por ello la UE y los 27 han culminado un proceso legislativo de suma importancia en la lucha antiterrorista, con la aprobación de tres directivas en marzo diseñadas para lograr una mayor eficiencia en la lucha contra el crimen organizado y la amenaza terrorista: sobre las armas de fuego, sobre el terrorismo y sobre el Código Europeo de Fronteras.

En lo referente a la directiva sobre el control de armas de fuego, se refuerza la normativa sobre las armas legales para dificultar su tráfico hacia actividades delictivas y terroristas. Además, se establecen nuevas disposiciones relativas al marcado de armas para mantener un control efectivo sobre toda su vida, incrementándose los mecanismos para el intercambio de información en este campo.

En relación a la directiva sobre el terrorismo, se han modificado algunos tipos penales que ahora cada Estado miembro deberá incluir en sus respectivas legislaciones nacionales. Una modificación diseñada para responder al modelo de los llamados “combatientes extranjeros”, aquellos nacionales europeos que se han unido a grupos radicales en conflictos como los de Siria o Irak y regresan aún más radicalizados y con experiencia en combate dispuestos a atentar en Europa. Además, se han introducido modificaciones para mejorar el intercambio de información entre organismos que luchan contra el terrorismo.

Finalmente, se implementan modificaciones en la vigilancia de las fronteras exteriores de la UE, obligándose a realizar controles sistemáticos de todas las personas que las atravieses. Y al decir todas, implica también a los nacionales de Estados miembros de la UE, pues hasta ahora dicho control efectivo sólo se aplicaba sobre los nacionales de terceros países. Es decir, un potencial terrorista con pasaporte europeo podía esquivar sin mayor problema dichos controles.

Como relata Javier Albadalejo, comisario de la Policía Nacional destinado como Consejero de Interior en la Representación Permanente de España en la UE, estas tres directivas “fortalecen aún más el modelo de seguridad con el que ya cuentan la UE y sus Estados miembros”. Albadalejo, además, enfatiza la importancia de estos avances legislativos en el propio hecho de que tanto las instituciones comunitarias como los propios Estados miembros hayan sabido ponerse de acuerdo para sacar adelante estas nuevas normativas.