Desde 2013, el Departamento de Seguridad Nacional elabora un Informe Anual en el que compila y analiza las amenazas y desafíos a los que debe hacer frente España, así como una descripción de las actuaciones diseñadas para detectar, anticipar y responder a dichas amenazas. El pasado 26 de marzo se hizo público el de 2018, que había sido aprobado por el Consejo de Seguridad Nacional el día 15 del mismo mes.

El trabajo se centra en cuatro ejes:

1. La mejora en la evaluación de tendencias y escenarios del entorno de seguridad,

2. De carácter estratégico, el fortalecimiento de España en sectores fundamentales como la ciberseguridad o la seguridad espacial,

3. De carácter orgánico, el fortalecimiento del Sistema de Seguridad Nacional a través de Consejo de Seguridad Nacional o el Comité de Situación que da apoyo tanto a Presidencia como al Consejo de Seguridad Nacional,

4. De carácter comunicativo, la necesidad de adoptar una correcta comunicación política en el ámbito de la seguridad con el fin de hacer al ciudadano partícipe de la seguridad nacional y evitar generar una mayor ansiedad en momentos de crisis en la sociedad.

En cuanto a los motores de cambio que pueden impactar en la seguridad nacional, el informe destaca varias tendencias:

1. El aumento de la complejidad en los desafíos a la seguridad, pues las amenazas están cada vez más interconectadas, son más diversas y más sofisticadas, lo que dificulta su tratamiento y clasificación.

2. La consolidación de la zona gris en un escenario de mayor competición geopolítica entre los distintos actores internacionales. En este último punto también se subraya el incremento de situaciones híbridas en las que no se llega a agresiones directas pero que sí generan niveles muy altos de confrontación, convirtiendo situaciones al límite de un conflicto en la normalidad.

3. El terrorismo internacional yihadista sigue siendo una importante amenaza para España, a pesar de la pérdida del control territorial de Daesh en Siria e Irak.

4. El crimen organizado también se señala como una de las preocupaciones para la seguridad nacional, especialmente por la mayor adaptabilidad e interconexión que está desarrollando con otras amenazas como el terrorismo o los conflictos armados. Se explica el papel que han jugado las nuevas tecnologías a la hora de facilitar el desarrollo de estos grupos de crimen organizado.

5. Ligado con este último apunte sobre las nuevas tecnologías, el ciberespacio se presenta como el escenario preferido para las nuevas formas de conflicto. No sólo se recoge como amenaza el ataque cibernético a Infraestructuras Críticas, sino que también plantea como amenaza las campañas de desinformación ejecutadas a través del ciberespacio.

6. Desde una perspectiva europea, se sitúa a la inmigración como uno de los grandes retos a resolver, estableciéndose como una de las prioridades en la Política de Seguridad Nacional. Las características geopolíticas de España la convierten en un actor fundamental en este campo dada su carácter de puerta de Europa no sólo desde América Latina sino sobre también desde áfrica.

7. Otra de las preocupaciones que presenta el Informe es el posible aumento de emergencias y catástrofes en territorio nacional debido al cambio climático pues, como se señala, España ya ha comenzado a verse afectada por este fenómeno y las perspectivas de futuro no son de mejora. Se espera un aumento en la frecuencia de inundaciones e intensas nevadas.

8. Por otro lado, también se apunta al aumento de riesgo de epidemias y pandemias procedentes de las zonas más deprimidas del mundo, debido en gran medida al aumento de los viajes internacionales, los movimientos migratorios y, en general, a la mayor interconexión mundial.

Por último, el Informe hace hincapié en que España cuenta con las capacidades suficientes para hacer frente estas amenazas y retos, aunque incide en que es necesario un mayor esfuerzo de coordinación.

Puede consultar el informe completo en este enlace.