Desde el pasado 1 de enero, y por un periodo de seis meses, Francia ostentará la presidencia rotatoria de la Unión Europea. Un mandato en el que los asuntos prioritarios serán la inmigración, el cambio climático y la recuperación económica tras la pandemia del Covid-19, según ha asegurado el mandatario francés Emmanuel Macron, bajo el lema “Recuperación, poder y pertenencia”.
En el ámbito de la defensa y al seguridad, el mandatario francés propone «avanzar en nuestra política de defensa común», ya que «los europeos debemos afirmar la defensa de nuestros intereses comunes, ante las amenazas y riesgos que nos amenazan».
Una ambición que quedó patente durante la presentación de su plan de ejecución, cuando Macron aseguró que «Debemos pasar de una Europa de cooperación dentro de nuestras fronteras a una Europa que sea poderosa en el mundo, plenamente soberana, libre en sus elecciones y dueña de su destino».
En este sentido, Macron apostará por «una defensa europea más fuerte y más capaz» que contribuya a la seguridad global y sea complementaria a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Así, durante su comparecencia aseguró que entre las propuestas de Francia se encuentra la creación de una fuerza de reacción de emergencia para ayudar a los Estados de la UE que enfrentan crisis migratorias en sus fronteras.