Son pocas, pero de “gran influencia”. Las mujeres españolas que se enrolan en el Daesh suponen un porcentaje mínimo, pero las que llegan hasta el grupo yihadista se implican muy a fondo. Así lo asegura Dolores Delgado, Fiscal coordinadora contra el terrorismo yihadista en la Audiencia Nacional.
Delgado intervino en el seminario ‘El papel de la mujer en el yihadismo global y en la prevención de la radicalización violenta y desradicalización’, organizado el pasado 29 de marzo por el Real Instituto Elcano en Madrid.
Además de la Fiscal, el acto contó con Carolina García-Calvo, Investigadora del Programa de Terrorismo Global de Elcano; Mia Bloom, Profesora de Comunicación de la Georgia State University; Felipe Sahagún, periodista y miembro del Consejo Científico de Elcano; Anamaria Cardona, del Center for the Prevention of Radicalization Leading to Violence de Canadá; María de la Luz González Martín, Analista Jefe del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado del Ministerio del Interior; y Cristina Manzano, del Consejo Científico de Elcano.
Según explicaron, entre 2014 y 2016, 21 españolas han viajado hasta Siria e Irak para enrolarse en el Daesh. Hasta el pasado mes de marzo, otras 25 habían sido detenidas en España cuando pretendían iniciar su viaje. Esto supone que el 14% de los presuntos yihadistas arrestados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, 204 entre el 1 de enero de 2014 y el 28 de marzo de 2017, son mujeres.
De acuerdo con la Fiscal, 2010 supuso un punto de inflexión en las investigaciones. Hasta esa fecha, la mujer “no era un elemento sobre el que focalizar” las pesquisas. Sin embargo, desde entonces comenzó a detectarse el interés de algunas mujeres por el yihadismo, especialmente de españolas conversas casadas con musulmanes. Además, las mujeres “son más idealistas, combativas y determinantes”, en palabras de Delgado. “Cuando dicen que se van a zona de conflicto, se van”.
Pese a que, como puso de manifiesto Mia Bloom, no existe un perfil concreto de mujer que se enrola en las filas yihadistas, el análisis de las investigaciones policiales y judiciales ha permitido arrojar algunos datos que permiten contrastarlos con los de los hombres: la media de edad de las mujeres es de 24 años (el 75% tenía entre 19 y 28 años) frente a los 31 de ellos; además, son más las solteras que los solteros y también entre ellas son más las que no tienen hijos que entre ellos.
Eso sí, no hay diferencia entre hombres y mujeres desde el punto de vista de su ascendencia: pertenecen a la segunda generación, con progenitores mayoritariamente de origen marroquí. Entre las mujeres hay más conversas, se radicalizan en compañía por vía online influidas por los yihadistas que ya están sobre el terreno y personas de su entorno más íntimo y familiar.
Un dato que resulta revelador es que, en general, las mujeres cuentan con estudios secundarios. Es más, ninguna de las detenidas era analfabeta, algo que no ocurre con los hombres, entre los que el 10% no sabe leer ni escribir.
En cuanto a las motivaciones, seis de cada 10 se acercaron al yihadismo por causas existenciales e identitarias (frente a uno de cada 10 hombres), el 15% lo hizo por razones ideológicas o utilizaras (70% de hombres), y el 25% por motivos emocionales y afectivos (20% de hombres).
Respecto a sus objetivos, ninguna de las detenidas pretendía actuar de acuerdo con el perfil de los denominados ‘lobos solitarios’. Además, cuando han estado implicadas en células terroristas, sólo un 6% participaba en la toma de decisiones. Por el contrario, el 60% de las españolas hace labores de captación, radicalización y envío de combatientes.