- El reconocimiento estadounidense se realiza en un contexto de debilidad de los rivales marroquíes y reordenamiento de las relaciones existentes en la región.
- Proyectos económicos como el puerto de Tánger-Med, que compite directamente con importantes ventajas con Algeciras, Valencia y Barcelona suponen otro factor desestabilizador para los intereses de España.
- Lea el informe ‘Marruecos, el Estrecho de Gibraltar y la Amenaza Militar sobre España’.
El reciente reconocimiento estadounidense de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental es el último de una serie de éxitos diplomáticos, políticos y económicos del reino alauí. Asimismo, el creciente poder político y militar marroquí presenta claros desafíos para los intereses económicos europeos y para la integridad territorial española. Estas son las principales conclusiones del informe Marruecos, el Estrecho de Gibraltar y la Amenaza Militar sobre España, publicado por el Instituto de Seguridad y Cultura y elaborado por Guillem Colom, Guillermo Pulido y Mario Guillamó.
El reconocimiento, que compromete a Marruecos a normalizar sus relaciones con Israel y que según algunas informaciones la administración Biden no tiene intención de revertir, se enmarca en los Acuerdos de Abraham, con los que EEUU espera que «la normalización de relaciones de los países árabes más poderosos con Israel forzará a los palestinos a firmar la paz con Jerusalén en los términos más beneficiosos para Netanyahu». Los Acuerdos de Abraham también tienen el objetivo de mejorar las relaciones estratégicas y de seguridad para enfrentar el grave desafío estratégico de Irán.
Los autores del informe explican que Marruecos ha sabido aprovecharse de esta estrategia estadounidense para lograr un éxito diplomático a muy bajo coste, pues «Israel y Marruecos mantienen desde hace tiempo profundas relaciones económicas, políticas y de seguridad». Queda por ver el coste doméstico que tendría una normalización oficial marroquí de sus relaciones con Israel.
El reconocimiento estadounidense también consigue socavar la influencia que España y, sobre todo, Francia mantienen en el Magreb y afianza la posición de EEUU como potencia equilibradora a través de su aliado marroquí. En un contexto de debilidad de los demás países de la región, autonomía estratégica europea, y ante la creciente influencia sino-rusa, para EEUU. «Marruecos se convierte en una apuesta sólida como garante de la seguridad regional y un agente que canalice sus intereses nacionales».
Diplomáticamente, el reconocimiento estadounidense beneficia y refuerza al reino alauí en el pulso que mantiene con la Unión Europea por la explotación de las aguas del Sáhara Occidental, así como en la aspiración marroquí de ampliar su plataforma continental hasta las 350 millas náuticas y extender su Zona Económica Exclusiva entrando en conflicto directo con las aguas de las Islas Canarias. Los intereses económicos de esas aguas van más allá de la pesca, pues los montes submarinos del archipiélago canario son ricos en metales como el telurio, el cobalto y el plomo. El apoyo estadounidense podría envalentonar a Marruecos frente a los países de su entorno y llevar al reino alauí a «tomar decisiones que allanen la soberanía de otros estados de forma unilateral». Una semana después de producirse el reconocimiento de Trump, el primer ministro marroquí defendía que «llegará el día en que vamos a reabrir el asunto de Ceuta y Melilla, territorios marroquíes como el Sáhara».
En materia económica, el reconocimiento estadounidense favorece la apertura de nuevos mercados y supone un gran impulso para los deseos de liderazgo económico de Marruecos, que ya es la quinta potencia económica de África y uno de los denominados «Leones Africanos». El Sáhara Occidental encaja en los planes de desarrollo económico del reino alauí, en primer lugar, como fuente de exportaciones, principalmente de fosfatos. En segundo lugar, es clave para el principal proyecto de infraestructuras marroquí, el puerto Tanger-Med. Como punto final en la red de infraestructuras comercial del «Eje Tánger-Dakar», su éxito y visión de futuro dependen del tránsito libre y seguro de las mercancías terrestres a través del Sáhara Occidental. En tercer lugar, el Sáhara Occidental tiene importantes implicaciones económicas y geopolíticas debido al proyecto de construcción de un gaseoducto transahariano que conecte a Nigeria, Marruecos y Europa. La clave es que, además de proporcionar gas a 13 naciones de África Occidental, este proyecto socavará el monopolio del gas argelino.
Este último punto es importante con relación al conflicto histórico entre Marruecos y Argelia y a la renovada carrera armamentística entre los dos países. Además de sus ambiciones políticas y económicas, Marruecos aspira a alcanzar la supremacía militar regional, para lo cual, entre otras cosas, ha llevado a cabo desde 2017 un plan quinquenal de rearme por valor de 22.000 millones de dólares con apoyo de EEUU y Arabia Saudí. Este rearme ha eliminado las principales debilidades militares marroquíes y ha proporcionado a sus fuerzas armadas importantes capacidades avanzadas, que buscan desbancar como principal potencia militar regional a una Argelia que no pasa por su mejor momento.
Además de la inestabilidad estratégica que esta carrera genera a corto y medio plazo en el norte de África, a largo plazo el rearme marroquí podría presentar un desafío a la capacidad militar española. Esto, unido a los proyectos económicos como Tanger-Med, que compite directamente y con importantes ventajas, con los puertos de Algeciras, Valencia y Barcelona, y a las ambiciones políticas y territoriales de Marruecos, significa que tanto los intereses económicos como la integridad territorial de España pueden verse seriamente amenazados en el futuro.