Que el Estado Islámico no ha sido derrotado es cada día más una evidencia. El daño que se infligió a su dominio territorial en Siria e Irak y que tuvo su punto álgido con la caída de Raqqa, la capital de su autodenominado Califato, no ha supuesto, ni de lejos, su fin. Más allá del mantenimiento del llamado ‘Califato virtual’, la organización terrorista ha dado muestras de reforzamiento y reorganización en los últimos tiempos.
Hace unos días, El Confidencial hacía un interesante y documentado balance en el que se apuntaba que Daesh habría aprovechado este tiempo para reorganizarse y mutar hacia un modelo de guerrilla. Entre otras fuentes, el análisis citaba un informe del grupo de apoyo analítico del Consejo de Seguridad de la ONU en relación con la actividad de Daesh en Irak y Siria.
En dicho documento, se establecía en una horquilla de entre 20.000 y 30.000 el número de terroristas de Daesh activos en Siria e Irak. Una cifra en línea con las presentadas en otro informe por el Pentágono según el cual habría entre 15.500 y 17.000 terroristas de Daesh en Irak y 14.000 en Siria.
Más allá de las cifras, el informe de la ONU añade una valoración cualitativa muy importante: aunque se ha detectado una paralización en el flujo de combatientes extranjeros que acuden a Siria e Irak a unirse a las filas del Daesh, el fenómeno de los retornados es «más lento de lo esperado».
Ademas, se ha incrementado la actividad terrorista en determinadas zonas. Hisham Al-Hasimi, experto en Daehs que asesora al Gobierno iraquí, asegura que el grupo terrorista se ha hecho de nuevo muy fuerte en las provincias iraquíes de Diyala, Salah Ad-Din y Kirkuk. Sólo en junio se contabilizaron 83 casos de secuestro y/o asesinato, mientras el mes anterior habían sido 30 y en marzo, apenas, 7.
En esta línea, ‘The Washington Post’ publicaba recientemente un reportaje en el que se aseguraba que «en los dos últimos meses, docenas de personas, incluyendo a funcionarios gubernamentales locales, líderes tribales y jefes de aldea, han sido secuestradas y asesinadas o liberadas a cambio de un rescate por combatientes que proclamaban su filiación al Estado Islámico».
A todo esto hay que añadir la reciente difusión de un mensaje de audio atribuido a Abu Bakr al Bagdadi, al que por enésima vez se había dado por muerto. En dicha grabación, el líder de Daesh hace referencia a acontecimientos recientes para verificar que está vivo.