«El terrorismo yihadista ha encontrado una base de operaciones importante en el Sahel y España y Europa son objetivos de estos grupos, como desgraciadamente se ha podido reiterar en varias ocasiones en los últimos años». Con estas palabras contextualizó el coronel Pedro Sánchez Herráez, analista principal del Instituto Español de Estudios Estratégicos, la situación que se vive en el Sahel y el interés geoestratégico que tiene España sobre dicha región africana en una conferencia organizada por el Instituto de Seguridad y Cultura el pasado 13 de junio en Córdoba.

Durante su intervención, el coronel recordó que, «para los yihadistas, el afán de recuperar todos los lugares que fueron en algún momento tierra islámica» juega un papel importante en su imaginario. En este sentido, «la idea de Al Andalus, ese pie puesto en el oeste de Europa sobre una tierra maravillosa como es España», junto a «la poderosa simbología de grandes obras veneradas aún como la Mezquita de Córdoba y la Alhambra de Granada, entre otras, permiten dotar de mitos e ideales al constructo yihadista».

Dicho armazón ideológico está encontrando una fuerte raigambre en una zona, el Sahel, cuya situación puede definirse como de «tormenta perfecta». Y eso, teniendo en cuenta que «la frontera de Europa, y por tanto de España, no es el mediterráneo sino el Sahel, una suerte de frontera avanzada«, como incidió el coronel Sánchez Herráez, explica el rol clave que juega esta región en la estrategia de defensa española.

Una región en la que confluyen un cúmulo de circunstancias que, «a modo de círculo vicioso», agravan cada vez más la situación. El analista del IEEE enumeró, entre otros, la confluencia de «problemas medioambientales que impiden las actividades agropecuarias clásicas, la débil capacidad de los gobiernos y unas economías muy frágiles tensionadas al máximo por una superpoblación inusitada».

Un escenario que, sumado al «poderoso asentamiento de grupos terrorista» dibuja un panorama que se realimenta y que, como destacó este experto, «de no aminorarse acabará expandiéndose como un poderoso huracán más allá de la región». Un contexto en el que España «observa con preocupación la inseguridad creciente que se está generando en el Sahel».

Dicha preocupación deriva no sólo de su consideración de frontera avanzada sino, como explicó el coronel Sánchez Herráez, por «la consciencia del serio problema global que puede suponer«. De ahí la participación de las Fuerzas Armadas españolas en diferentes misiones exteriores en la zona, con las que «se intenta contribuir a mejorar la seguridad y estabilidad de la región».

Un trabajo que, como ha destacado este experto, «quedó patente una vez más cuando, en febrero de este año, los terroristas atacaron la base española de Koulikoro [en Malí]», un ataque que fue rechazado por los efectivos españoles y que da buena muestra del deseo de los grupos yihadistas de la zona por «intentar frenar la extraordinaria labor que España realiza instruyendo a las Fuerzas Armadas malienses para que sean capaces de hacerse cargo de la seguridad del país».