El islam político es «un término contemporáneo» que surge en paralelo con «las mal llamadas Primaveras Árabes» y que «intenta vender un modelo de sociedad islámica occidentalizada que en ningún caso puede llegar a consumarse». Así lo manifestó este miércoles en Córdoba Beatriz Yubero, periodista y analista especializada en Oriente Próximo.

Yubero, que ofreció la conferencia ‘¿Es compatible el islam y la democracia? Una crónica en primera persona’ organizada por el Instituto de Seguridad y Cultura, aseguró que “en los países musulmanes no es posible un sistema que disgregue religión y Estado». “Simplemente por una cuestión de preceptos, de la propia concepción y conformación de la sociedad y el credo”, ahondó esta experta, quien reiteró que “no es posible imponer un modelo occidental a una sociedad con tantas diferencias”.

En este sentido, Yubero incidió en que “el islam político es un concepto occidental” y que, “al igual que las sociedades occidentales no poseen conceptos como el de la umma [comunidad]”, las sociedades musulmanas “no poseen conceptos como la separación de poderes”. Se trata de algo “indisociable según sus creencias”, ahondó Yubero, al tiempo que reiteró que “el islam siempre formará parte de la vida social y política de los musulmanes y la política se rendirá ante el islam y también lo usará en su propio beneficio”.

En su trayectoria profesional, la ponente ha visitado Irán, Israel, Palestina, Marruecos; ha vivido en Jordania, desde donde ha viajado con cierta asiduidad a Egipto y Siria, y más tiempo en Turquía, donde estuvo basada mientras desarrollaba su labor como periodista e investigadora. En Ankara fue detenida y acusada de terrorismo en plena ola de represión por el fallido golpe de Estado del 15 julio de 2016, siendo finalmente deportada a España.

En Córdoba, Yubero relató cómo la expansión de los Hermanos Musulmanes en la política jordana está desestabilizando el país, cómo “la politización de la fe ha generado hostilidades difícilmente reconciliables» en lugares como Siria e Irak y, especialmente, cómo “la islamización del Estado turco y la imposición del sultanato erdoganista ya es un hecho que está enfrentando al país y que se ha fraguado en las madrasas, en las escuelas Imam Hatip y en la TV, gracias al control de los medios”.

En el caso de Turquía, país que Yubero calificó como “la mayor cárcel de periodistas del mundo”, el Gobierno se habría valido de todo tipo de armas para lograr sus fines, también desde el punto de vista de las relaciones internacionales.

“El país ha utilizado a los refugiados para obtener un cheque en blanco frente a la UE colocándolos en una posición muy difícil. Durante años, el régimen volvió la cara al Daesh y las fronteras turcas, ofreciendo toda la permisividad posible para el tránsito de los terroristas hacia cualquier lugar”, denunció Yubero, quien aseguró que “la UE pagará cara la permisividad que durante décadas ha ofrecido al Gobierno islamista de Erdogan”.

A nivel interno, los turcos han visto cómo «cualquier idea expresada en contra del Gobierno es razón suficiente para ser arrestado» y cómo el islamismo se extendía por esferas de la vida pública y privada hasta ahora ajenas en un país que presumía de la laicidad del Estado.