La semana pasada se reunieron en Versalles, con enorme carga simbólica, los 27 líderes de Estado de la Unión Europea. Una nueva cumbre, celebrada en el marco del conflicto en Ucrania, que representa un momento de oportunidad para Emmanuel Macron, actual presidente del Consejo de la Unión Europea, que se enfrentará el próximo mes de abril a la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas.
Aunque el replanteamiento de una nueva agenda estratégica europea en materia económica ya estaba sobre la mesa tras el impacto global del COVID-19, la situación de conflicto en Ucrania ha acelerado esta necesidad. El objetivo de la nueva propuesta será acelerar la autonomía estratégica de la UE y reducir el impacto de la inestabilidad financiera generado por la dependencia económica de Rusia.
El alcance de esta nueva estrategia europea dependerá del acuerdo alcanzado en materia económica y energética. Actualmente, Rusia suministra el 40% del gas que consumen los Veintisiete. A este respecto, Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, declaró: “Hemos decidido actuar para combatir la dependencia energética, combatir el incremento de los precios y estudiar un plan de sincronización para preparar el futuro”. En este punto, será fundamental el acuerdo europeo en el plan RePower EU, que se ha esbozado con enfoque de medio plazo (2027) y cuyo objetivo es la diversificación de los suministros y rutas mediante el uso del gas natural licuado (GNL) y el desarrollo del biogás.
Con la Cumbre de Versalles se firma el compromiso de los miembros de la UE de seguir optimizando el mercado eléctrico, al tiempo que se avanza hacia la neutralidad climática fijada en el horizonte 2050. Además, se fijaron los siguientes objetivos para una próxima propuesta legislativa: lograr una autonomía estratégica europea con el incremento de las importaciones de gas licuado; desarrollar el mercado europeo del hidrógeno; diversificar las interconexiones y avanzar en la eficiencia energética; y realizar un fuerte despliegue de las energías renovables.
España ha aprovechado esta cumbre para presentarse como alternativa de oportunidad energética, por su capacidad de regasificación y de almacenamiento de gas licuado (representa el 27% y 35% de la capacidad europea, respectivamente). Además, España presenta una posición geográfica ventajosa en sus conexiones energéticas con África y Portugal, con la posibilidad de reactivar el proyecto del gasoducto del MidCat (que fue paralizado en el 2019 por Francia debido a cuestiones económicas y regulatorias).