El pasado 7 de junio comenzaron las maniobras militares African Lion 2021 del Mando África de Estados Unidos (AFRICOM) en Marruecos, Túnez y Senegal. Con más de 7.000 efectivos, es la 17ª edición de lo que suponen los mayores ejercicios que lleva a cabo AFRICOM, con la colaboración de nueve países aliados y la OTAN.
El objetivo de estas maniobras es mejorar la preparación y disponibilidad de la fuerzas estadounidenses y aliadas, mejorar la interoperabilidad y reforzar la alianza con países como Marruecos, en cuyo territorio tienen lugar la mayor parte de los ejercicios. Desde un punto de vista geoestratégico, African Lion demuestra el compromiso estadounidense con África y la importancia estratégica que el continente africano tiene para EEUU.
Además, también desde un punto de vista geoestratégico, estas maniobras muestran la importancia especial que tiene Marruecos como aliado de EEUU, máxime al coincidir casi en el tiemmpo con la crisis que se produjo tras el asalto de más de 10.000 marroquíes a la valla frontera europea en Ceuta los pasados 17 y 18 de mayo. Casi en paralelo, el Gobierno marroquí anunció triunfante que las maniobras tendrían lugar en el Sáhara Occidental, un territorio sobre el que la Administración Trump reconoció las aspiraciones soberanistas de Marruecos a finales de 2020. Biden no ha retirado este reconocimiento y todo hacía pensar que la decisión de llevar a cabo las maniobras en el territorio del Sáhara Occidental confirmaba definitivamente el apoyo de Estados Unidos a Marruecos en estas aspiraciones anexionistas. España, de hecho, declinó participar en las maniobras cuando se organizaron el año pasado para evitar que la presencia de Fuerzas Armadas españolas en el Sáhara Occidental pudiese legitimar la ocupación marroquí.
La Administración Biden, sin embargo, desmintió el comunicado marroquí y adoptó una posición ambivalente, al eliminar la presencia de tropas del Sáhara, pero mantener el reconocimiento y las maniobras aéreas. Lo que esto demuestra es la posición ambigua que la nueva administración está manteniendo sobre el asunto saharaui. Para España, la ambigüedad de Biden y la modificación de las maniobras es un alivio, pues un apoyo explícito de Biden a Marruecos podría perjudicar a Madrid en la crisis diplomática que mantiene con Rabat. Biden está a la espera de que Naciones Unidas se pronuncie en octubre sobre la cuestión del Sáhara. El Consejo de Seguridad deberá decidir entonces si se renueva el mandato de MINURSO, por lo que Biden tendrá que decidir si apoya definitivamente a Marruecos o devuelve el asunto a status quo ante Trump dejando el problema en manos de la ONU.