El pasado 22 de marzo, se cumplió el quinto aniversario de los atentados de Bruselas, que dejaron 35 asesinados y más de 300 heridos y fueron reivindicados por el Estado Islámico. La capital belga sufrió el terror que en 2015 azotó París y Copenhague, con más de 130 asesinados, y que en 2016 golpeó en Zúriz, Múnich, Wurzburgo, Charelroi, Berlín, Saint-Étienne-du-Rouvray y Niza, además de Bruselas, alcanzando los 145 asesinados y 900 heridos.

Ante el incremento de la amenaza terrorista yihadista en los últimos años, una de las medidas adoptadas a cabo por la Unión Europea, y la mayoría de los Estados aliados, es la del índice de amenaza terrorista. Una escala que clasifica del 1 al 5 la situación de riesgo en la que se encuentra el país ante posibles atentados y que facilita la comunicación entre aliados para combatir de manera efectiva estas intimidaciones.

Desde 2016, en aras de la lucha contra el yihadismo, se han detenido en Europa a 338 radicales, de los cuales, 278 fueron arrestados en España. En España, Guardia Civil, Policía Nacional y diferentes brigadas del ejército combaten e investigan a diario posibles grupos radicales con vinculación yihadista.

En palabras de Carlos Igualada, director del Observatorio de Terrorismo, “España tiene probablemente el mejor servicio en lucha antiterrorista de Europa y uno de los mejores del mundo”. Se espera que, en España, ante la imposibilidad de erradicar al grupo, se observen únicamente titulares de desmantelamientos y detenciones y no de atentados y bajas.