Según anunció el presidente del Gobierno y explicó posteriormente la, subsecretaria de Defensa, María Amparo Valcarce, el pasado 27 de agosto, Defensa ha puesto a  la propuesta del presidente del Gobierno por la que se ponen a disposición de las Comunidades Autónomas 2.000 efectivos de las Fuerzas Armadas listas para ayudar en el rastreo de casos de COVID-19 en cualquier parte del territorio nacional.

En su comparecencia para explicar el proceso, la subsecretaria de Estado destacó los valores militares como idóneos para el correcto desarrollo de la labor, subrayó la alta cualificación técnica de las Fuerzas Armadas, la gran valoración ciudadana y la experiencia desarrollada durante la operación Balmis.

Valcarce recalcó que los rastreadores militares «estarán desplegados el tiempo que haga falta» y que podrán ampliar su capacidad de formación si se así solicitara. Además, detalló que se han formado en tiempo record en COVID-19, rastreo y comunicación, precisando su capacitación para reconocer a tiempo los signos y síntomas del virus, técnicas de comunicación para el trato con los ciudadanos y las cuestiones de ética en torno a la vigilancia de Salud Pública.

Dicha formación se ha compuesto de un curso de cinco módulos en los que se abordan aspectos básicos de la enfermedad del SARS-CoV-2. Como resultado, los rastreadores no solo siguen la evolución de una posible infección, sino que también profundizan en el conocimiento del virus y la misma enfermedad.