El peligro de la radicalización: jóvenes y con conflictos de identidad

La célula yihadista que atentó en Barcelona y Cambrils ha puesto encima de la mesa una realidad hasta ahora poco evidente en España: la existencia de jóvenes integrados que no viajan a países en conflicto, sino que se radicalizan y planifican sus acciones terroristas aquí.

El caso de Ripoll resulta casi paradigmático. Son hijos de inmigrantes que se radicalizan en un breve periodo de tiempo. Como asegura Manuel Torres, Profesor de la Universidad Pablo de Olavide experto en yihadismo, "entre los jóvenes es más fácil que la radicalización sea rápida porque es una edad en la que no tiene una mayor apertura cognitiva".

A este factor hay que sumar el hecho de que formen parte de segundas y terceras generaciones de musulmanes en Occidente que, según explica Torres, son más proclives a verse inoculadas por el mensaje yihadista. "Tiene que ver con los conflictos identitarios (...) El conflicto es si ellos son franceses, españoles, belgas, marroquíes o argelinos, o si son musulmanes directamente", argumenta el profesor. La respuesta del yihadismo es unívoca. "Eres musulman. Tu única comunidad es la 'umma', sin lealtades nacionales ni grupos", señala Torres.

Por otro lado, la célula de Ripoll responde a su vez al modelo descrito por Fernando Reinares y Carola García-Calvo, del Real Instituto Elcano, según el cual hay una mayor predisposición a que la radicalización se produzca a partir de un "agente radicalizador" -en este caso, el imam- y con el entorno más cercano -familia y amigos- jugando un papel fundamental en el éxito de dicho proceso radicalizador.


Barcelona, Ceuta, Madrid y Melilla, principales centros de radicalización islamista en España

El proceso de radicalización islamista no es uniforme. En concreto, en España, hay cuatro demarcaciones que sobresalen como centros de radicalización por encima del resto del territorio nacional. La provincia de Barcelona es el punto de mayor actividad en este sentido, seguida de Ceuta, el área metropolitana de Madrid y, finalmente, Melilla.

De acuerdo con el Director del Programa sobre Terrorismo Global del Real Instituto Elcano, Fernando Reinares, y la investigadora principal de Terrorismo Internacional de la misma institución, Carola García-Calvo, entre 2013 y 2016 se detuvo en España a 178 individuos "con actitudes y creencias propias del salafismo yihadista" en esas cuatro demarcaciones geográficas.

Reinares y García-Calvo, que arrojaron estos datos en una tribuna conjunta en El País, destacan que en la provincia de Barcelona, Madrid y su área metropolitana, Ceuta y Melilla, residen en cambio poco más de un tercio de todos los musulmanes que viven en España.

La conclusión de cruzar ambos datos es evidente: el porcentaje de radicalizados en comparación con el conjunto de musulmanes de cada una de estas demarcaciones duplica al del resto del territorio nacional. Algo que, destacan estos expertos, confirma la pauta observada en el conjunto de Europa desde 2012.

Desde el Real Instituto Elcano han llevado a cabo un estudio que, según explican en su artículo Reinares y García-Calvo, les ha permitido aislar dos factores en relación con estos proceso de radicalización yihadista. El primero de ellos tiene que ver con la figura del agente de radicalización. El 90% de los detenidos en España se radicalizaron a través del contacto con uno o más de estos agentes, en la gran mayoría de los casos un contacto personal.

Además, en un alto porcentaje (más del 50%), se trataba de figuras carismáticas por su implicación terrorista, tanto dentro como fuera de España. Por otro lado, un 70% de los detenidos había tenido contactos personales previos a su radicalización con otros individuos de su entorno a su vez radicalizados.

 

 


Española en el Daesh: influyente, joven y convencida

Son pocas, pero de “gran influencia”. Las mujeres españolas que se enrolan en el Daesh suponen un porcentaje mínimo, pero las que llegan hasta el grupo yihadista se implican muy a fondo. Así lo asegura Dolores Delgado, Fiscal coordinadora contra el terrorismo yihadista en la Audiencia Nacional.

Delgado intervino en el seminario ‘El papel de la mujer en el yihadismo global y en la prevención de la radicalización violenta y desradicalización’, organizado el pasado 29 de marzo por el Real Instituto Elcano en Madrid.

Además de la Fiscal, el acto contó con Carolina García-Calvo, Investigadora del Programa de Terrorismo Global de Elcano; Mia Bloom, Profesora de Comunicación de la Georgia State University; Felipe Sahagún, periodista y miembro del Consejo Científico de Elcano; Anamaria Cardona, del Center for the Prevention of Radicalization Leading to Violence de Canadá; María de la Luz González Martín, Analista Jefe del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado del Ministerio del Interior; y Cristina Manzano, del Consejo Científico de Elcano.

Según explicaron, entre 2014 y 2016, 21 españolas han viajado hasta Siria e Irak para enrolarse en el Daesh. Hasta el pasado mes de marzo, otras 25 habían sido detenidas en España cuando pretendían iniciar su viaje. Esto supone que el 14% de los presuntos yihadistas arrestados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, 204 entre el 1 de enero de 2014 y el 28 de marzo de 2017, son mujeres.

De acuerdo con la Fiscal, 2010 supuso un punto de inflexión en las investigaciones. Hasta esa fecha, la mujer “no era un elemento sobre el que focalizar” las pesquisas. Sin embargo, desde entonces comenzó a detectarse el interés de algunas mujeres por el yihadismo, especialmente de españolas conversas casadas con musulmanes. Además, las mujeres “son más idealistas, combativas y determinantes”, en palabras de Delgado. “Cuando dicen que se van a zona de conflicto, se van”.

Pese a que, como puso de manifiesto Mia Bloom, no existe un perfil concreto de mujer que se enrola en las filas yihadistas, el análisis de las investigaciones policiales y judiciales ha permitido arrojar algunos datos que permiten contrastarlos con los de los hombres: la media de edad de las mujeres es de 24 años (el 75% tenía entre 19 y 28 años) frente a los 31 de ellos; además, son más las solteras que los solteros y también entre ellas son más las que no tienen hijos que entre ellos.

Eso sí, no hay diferencia entre hombres y mujeres desde el punto de vista de su ascendencia: pertenecen a la segunda generación, con progenitores mayoritariamente de origen marroquí. Entre las mujeres hay más conversas, se radicalizan en compañía por vía online influidas por los yihadistas que ya están sobre el terreno y personas de su entorno más íntimo y familiar.

Un dato que resulta revelador es que, en general, las mujeres cuentan con estudios secundarios. Es más, ninguna de las detenidas era analfabeta, algo que no ocurre con los hombres, entre los que el 10% no sabe leer ni escribir.

En cuanto a las motivaciones, seis de cada 10 se acercaron al yihadismo por causas existenciales e identitarias (frente a uno de cada 10 hombres), el 15% lo hizo por razones ideológicas o utilizaras (70% de hombres), y el 25% por motivos emocionales y afectivos (20% de hombres).

Respecto a sus objetivos, ninguna de las detenidas pretendía actuar de acuerdo con el perfil de los denominados ‘lobos solitarios’. Además, cuando han estado implicadas en células terroristas, sólo un 6% participaba en la toma de decisiones. Por el contrario, el 60% de las españolas hace labores de captación, radicalización y envío de combatientes.