España, Francia, Portugal y Marruecos firman la Declaración de Sevilla para actuar contra el terrorismo yihadista

El llamado G4, compuesto por los ministros de Interior de España, Francia, Portugal y Marruecos, mantuvo una cumbre el pasado 3 de julio en Sevilla para analizar el trabajo conjunto contra el terrorismo yihadista, la inmigración irregular, el narcotráfico y el crimen organizado. Todo, en un “foro con vocación operativa” en materia de seguridad, según declaró el anfitrión del encuentro, el español Juan Ignacio Zoido.

El que fuera alcalde de Sevilla, explicó en rueda de prensa que los cuatro países se han citado para finales de año con el llamado G5 africano, formado por Chad, República Centroafricana, Burkina-Faso, Malí y Níger, para desarrollar de forma conjunta estrategias y políticas que ayuden a mitigar los problemas abordados.

Además, el ministro también recalcó los importantes avances que se han llevado a cabo desde que se creara el grupo en el verano de 2012, y apuntó el camino a seguir: “Identificar aquellas acciones necesarias para mejorar la cooperación y desarrollar las medidas incluidas en la declaración de Rabat”.

El encuentro sirvió para firmar la llamada Declaración de Sevilla, que incluye un plan de acción para “ejecutar iniciativas concretas y de carácter operativo, reuniones de expertos y el fortalecimiento de los mecanismos de cooperación”, según explicó Zoido. Además, se puntualizó la necesidad de incidir directamente en la crisis de inmigración “de manera coordinada y en el marco de una gestión solidaria basada en la responsabilidad compartida”.

En cuanto al narcotráfico y el crimen organizado, el G4 se comprometió a “reforzar los eficaces mecanismos de cooperación operativa, en especial las entregas controladas de droga, la lucha contra el tráfico por medios aéreos y go-fast, así como las operaciones conjuntas”.

Pero, por encima de todo, el terrorismo se mantiene como la mayor de las preocupaciones y, en el marco de este acuerdo, los miembros de este grupo se comprometieron al “intercambio de información, así como al apoyo técnico y la formación para una lucha eficaz contra este flagelo y sus fuentes de financiación”.