El peligro de la radicalización: jóvenes y con conflictos de identidad

La célula yihadista que atentó en Barcelona y Cambrils ha puesto encima de la mesa una realidad hasta ahora poco evidente en España: la existencia de jóvenes integrados que no viajan a países en conflicto, sino que se radicalizan y planifican sus acciones terroristas aquí.

El caso de Ripoll resulta casi paradigmático. Son hijos de inmigrantes que se radicalizan en un breve periodo de tiempo. Como asegura Manuel Torres, Profesor de la Universidad Pablo de Olavide experto en yihadismo, "entre los jóvenes es más fácil que la radicalización sea rápida porque es una edad en la que no tiene una mayor apertura cognitiva".

A este factor hay que sumar el hecho de que formen parte de segundas y terceras generaciones de musulmanes en Occidente que, según explica Torres, son más proclives a verse inoculadas por el mensaje yihadista. "Tiene que ver con los conflictos identitarios (...) El conflicto es si ellos son franceses, españoles, belgas, marroquíes o argelinos, o si son musulmanes directamente", argumenta el profesor. La respuesta del yihadismo es unívoca. "Eres musulman. Tu única comunidad es la 'umma', sin lealtades nacionales ni grupos", señala Torres.

Por otro lado, la célula de Ripoll responde a su vez al modelo descrito por Fernando Reinares y Carola García-Calvo, del Real Instituto Elcano, según el cual hay una mayor predisposición a que la radicalización se produzca a partir de un "agente radicalizador" -en este caso, el imam- y con el entorno más cercano -familia y amigos- jugando un papel fundamental en el éxito de dicho proceso radicalizador.


AlertCops, la aplicación de móvil que permite a la sociedad civil luchar contra el extremismo violento

La lucha contra el extremismo violento y contra el terrorismo se juega en distintos planos: el judicial, el policial y el social. El trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como el de jueces y fiscales, está dando sus frutos, pero hay un tercer espacio en el que, dicen los expertos, se puede (y debe) ahondar: la sociedad civil.

En este sentido, el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) lanzó un plan en diciembre de 2015 con el objetivo de facilitar e incentivar las alertas ciudadanas. Se crearon varios canales para ello: el llamado 'teléfono verde', la web 'StopRadicalismos', una dirección de correo electrónico y una aplicación para teléfonos móviles.

Esta última, AlertCops, es a la que hizo referencia el Ministro de Educación y Portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, tras los atentados de Barcelona y Cambrils de los pasados 17 y 18 de agosto.  La aplicación permite a los ciudadanos enviar información que, junto a la de los otros tres canales, se filtra en el Centro de Coordinación de Información sobre Radicalización (CCIR).

Según datos revelados por 'El Confidencial Digital', el balance del uso de AlertCops se traduce, hasta julio de 2017, en más de 370.000 descargas y 101 informaciones relacionadas con el yihadismo.

De ese centenar de denuncias ciudadanas, cinco tuvieron la relevancia suficiente como para que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado abrieran investigaciones formales y una de ellas, en concreto, dio origen a una operación de envergadura contra el terrorismo islamista que se saldó con varias detenciones.

En cuanto a 'StopRadicalismos', la web permite realizar denuncias anónimas a partir de un formulario. El balance también es bastante satisfactorio, alcanzando hasta el pasado mes de julio los 461 avisos. De ellos, 18 terminaron convirtiéndose en investigaciones formales, si bien no derivaron en operaciones concretas con detenidos.