¿Se puede reinsertar un yihadista?

 

David Vallat y Farid Benyettou tienen mucho en común. Ambos pertenecieron a grupos terroristas yihadistas, ambos penaron en la cárcel sus condenas y ambos han sido sentenciados a muerte por sus antiguos compañeros.

El programa de TVE 'En portada' habló con ellos intentando encontrar respuesta a la gran pregunta: ¿qué lleva a alguien a radicalizarse hasta el punto de asesinar sin mirar a quién?

"Sé que en realidad yo validaba la muerte de inocentes", explica Benyettou, consciente de que fue él quien reclutó a los hermanos Chérfi y Said Kouachi, que mataron a 12 personas en su asalto a la sede de la revista satírica 'Charlie Hebdo'.

Vallat y Benyettou explican en el programa su propia trayectoria y analizan cómo son los jóvenes que caen en las redes yihadistas, las señales de alarma que permiten detectar la radicalización, los discursos de reclutamiento, el aislamiento... Todo un proceso que lleva a una deshumanización tal que lleva al radicalizado a matar a cualquiera que no piense como él.


Coronel Ignacio Fuente Cobo: "La estabilidad del Magreb es fundamental para la seguridad de Europa"

"El Magreb es la frontera sur de Europa y la estabilidad de esta región periférica es fundamental para la seguridad de Europa". Éste es un principio que, lejos de enmarcarse en una geoestrategia moderna, proviene de la antigüedad. "El Magreb forma parte de lo que los romanos llamaban el 'limes' de seguridad, que sirve de muro de contención de los problemas que existen más al sur, en el Sahel y en el África subsahariana".

Así contextualizó el Coronel Ignacio Fuente Cobo la importancia que tiene esta región africana para Europa en general y España en particular durante la conferencia '¿Qué está pasando en el Magreb? Implicaciones para España' organizada por el Instituto de Seguridad y Cultura en Córdoba el pasado 1 de marzo .

Fuente Cobo, analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) del Ministerio de Defensa, definió el Magreb como "un término en árabe que se refiere al Occidente" y lo acotó a "la región situada más al oeste del Mundo árabe". ¿El Magreb es entonces árabe? El ponente dijo que, "aunque no es una región uniforme, sí se la puede considerar como parte del mundo árabe y así lo consideran sus líderes y una parte importante de su población". A pesar de ello, no ha desarrollado una integración regional por "las profundas diferencias políticas entre los estados que la componen".

Esta misma semana, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha realizado una visita oficial a Túnez, "un país emblemático dado que allí comenzaron los procesos transformadores que posteriormente vinieron a denominarse como primaveras árabes" que "representa una especie de termómetro de lo que puede ocurrir en el mundo árabe". En este sentido, explicó que "la acción estratégica española se fundamenta en la apuesta por la estabilización y el desarrollo de Túnez", una línea "extensible a las dos potencias regionales: Marruecos y Argelia". Países que son "socios estratégicos para España, entendiendo por tales aquellos que se consideran vitales desde la perspectiva de la seguridad de nuestro país".

En el caso concreto de Marruecos -"un socio indispensable en el campo político y de la seguridad en el Mediterráneo"- el Coronel Fuente Cobo explicó que "puede considerarse una anomalía entre los países árabes, dado que no ha experimentado durante estos últimos años los efectos traumáticos producidos por la primavera árabe" si bien "no está exento de contradicciones ni de amenazas". Unas amenazas en las que España está muy presente, no sólo por la cercanía geográfica, sino sobre todo simbólica. "Efectivamente, el recuerdo del Al Ándalus y del Califato de Córdoba es un mensaje recurrente en la narrativa yihadista desde los tiempos de la expansión de Al Qaeda por el Magreb a principios de la pasada década”, aseguró Fuente Cobo. Un fenómeno “que se ha intensificado en los últimos años gracias al empleo extensivo que hacen los grupos terroristas de las redes sociales”.

"En este sentido –continuó el analista del IEEE- la lucha contra la utilización de internet y las redes sociales por los yihadistas debe seguir una doble dirección: por una parte la supresión o bloqueo de los contenidos radicales, especialmente de aquello que hacen apología del terrorismo y, por otra, la producción de una contranarrativa que evite que las personas vulnerables caigan en ella y que permita, además, que las personas radicalizadas abandonen este discurso o, al menos, evite que se integren en grupos terroristas".

Una lucha antiterrorista que "Marruecos puso en marcha en 2014" mediante "un dispositivo de seguridad reforzada, dotándolo de los medios necesarios para frustrar ataques terroristas antes de que ocurran". El éxito de la lucha antiterrorista en Marruecos radica, en opinión de Fuente Cobo, en que "no pone en la tecnología el centro de su estrategia".

"Ha incrementado su control sobre las fronteras con Argelia, ha aumentado la presencia militar en su frontera sur y ha reforzado su legislación antiterrorista", explicó el analista del IEEE, quien destacó que, además, "Marruecos hace un uso muy completo del factor humano, a lo que hay que añadir la adopción de un enfoque complementario de poder blando muy útil en el largo plazo, basado en el control de sus mezquitas".


De Siria a Texas para desradicalizar yihadistas

En 2003, Tania Joya, británica de origen bangladeshí conoció en Londres a John, un joven converso de Texas con el que había entrado en contacto a través de una página web que se dedica a arreglar matrimonios entre musulmanes. Por aquella época el mundo vivía sumido en la crisis que supusieron los atentados del 11-S y Tania describe a su yo de entonces como "una adolescente cabreada en una familia de inmigrantes", una joven de 19 años que "no había tenido una infancia como tal (...) no me habían inculcado ningún sistema de valores y era una chica muy vulnerable al extremismo".

De Londres, Tania recaló del brazo de su marido en Egipto. Corría 2011 y el país estaba controlado por los Hermanos Musulmanes, que habían alcanzado tras la revuelta que terminó con el mandato de Hosni Mubarak. Allí permanecieron hasta 2013, cuando un golpe de Estado apartó a la Hermandad del poder. Partieron entonces -Tania, John y sus tres hijos- hacia Turquía; y de ahí, a Siria.

Allí fue donde dijo basta. Como relataba en un reciente reportaje en El Mundo: "Ya había tenido suficiente. Cuando la persona con la que compartes tu vida te lleva directamente hacia el matadero, no queda más opción. Durante las semanas que pasé allí recuerdo viajar totalmente cubierta de un lugar a otro y discutir con los combatientes en un tono que hoy me parece una locura. Por fortuna, John me dejó marchar. Estaba exhausta. Ya sé que es algo que el islam no acepta pero quería a mis hijos mucho más que a mi religión".

Ese fue el punto de inflexión que la llevó a abrir los ojos, hasta el punto de romper con su fe. "A principios de 2015 llegué a la conclusión de que ya no era musulmana. Llevaba algún tiempo sin poder rezar ni llevar hiyab. La religión y la política han roto mi familia y arruinado todo lo que conocía".

Desde entonces, decidió que su vida sería otra. Ahora, asentada en Texas, trabaja en la organización estadounidense Contra el Extremismo Violento, formada por ex yihadistas como ella que intentan ayudar a quienes aún no lo han hecho a desradicalizarse.

Una labor que, explica, es especialmente dura para ellas. "Para las mujeres resulta mucho más difícil abandonar el yihadismo. Tienen que divorciarse, asumir el repudio y buscar ayudar para mantener a sus hijos. No saben cómo ser independientes", reconoce. "No he encontrado historias similares a la mía pero puedo imaginar que hay muchas refugiadas con experiencias tan dramáticas. Yo, al menos, tengo la fortuna de contar con un pasaporte británico".

En cuanto a John, alias Yahia al Bahrumi, el texano converso que la llevó hasta Siria en busca de la promesa del Califato, poco más ha vuelto a saber de él. "Hace unos meses escuché su voz en un vídeo de propaganda del IS. La reconocí al instante pero no sé nada más de él. Nuestra última conversación fue en 2015".

 


Granada pone en marcha un programa contra el extremismo violento en las aulas

La Concejalía de Derechos Sociales y Educación del Ayuntamiento de Granada ha puesto en marcha, junto a la asociación de ayuda a la infancia Aldaima, una iniciativa dirigida a prevenir el extremismo violento en los centros escolares.

Con el nombre 'Educación para la convivencia pacífica', este programa tiene como objetivo sensibilizar y dotar de herramientas y competencias a la comunidad educativa con las que fomentar una participación activa en la prevención de posturas que promuevan la polarización y la violencia entre la juventud.

Por el momento, una docena de centros educativos de la ciudad han solicitado participar en este programa, que se desarrollará entre los próximos meses de marzo y junio y del que se beneficiarán un millar de escolares tanto de Bachillerato como de Educación Secundario Obligatoria, Ciclos Formativos Educación para Adultos.

Durante la presentación, la Concejal de Derechos Sociales y Educación de Granada, Jemi Sánchez, explicó que el convenio pretende gestionar desde la colaboración los recursos y las iniciativas que serán un instrumento eficaz para canalizar el aprendizaje, la formación en valores y las prácticas de ciudadanía democrática, el respeto, la tolerancia, la participación o la responsabilidad, entre otras.